La megaobra de edificación del moderno puente sobre el canal de Chacao, que se encuentra en etapa de diseño para su posterior construcción, acaba de obtener el visto bueno de la Contraloría General de la República en cuanto a la modificación del contrato, que permite poner en macha las obras definitivas del imponente viaducto. Tareas que se iniciarían en las venideras semanas y para lo cual ya se están acopiando los materiales destinados a las referidas faenas.

De este modo, ese magno sueño y aspiración de conexión terrestre de nuestro continente con el archipiélago de Chiloé, estará dando el paso decisivo rumbo a su materialización, con el comienzo propiamente tal de los trabajos, por etapas, de la gigantesca infraestructura. Cuyo presupuesto de inversión asciende a los US$ 740 millones, estando prevista la terminación del primer gran puente colgante del territorio en el año 2020.

Superados los episodios de confusión e incertidumbre habidos en el proceso inicial de este trascendente proyecto de conectividad, que han repercutido en impensados retrasos, los sureños estamos expectantes y ansiosos de que en adelante todo se desenvuelva con normalidad. Y se concreten eficientemente cada uno de los tramos que permitirán hacer feliz realidad el gigantesco viaducto sobre el mar del Chacao, conforme al compromiso gubernamental con el desarrollo sur austral y la unidad territorial de todo el país.

Sin embargo, al menos a nivel de Puerto Montt, no consigue disuadirse la preocupación en cuanto a que el señalado puente Chacao no considere la altura de los megatransatlánticos turísticos, que realizan los cruceros internacionales con recaladas en la capital de la Región de Los Lagos y también en Chiloé. Pues, de no tener la envergadura indispensable, el viaducto sería un escollo insalvable para ese desplazamiento marítimo, que es una influyente inyección económica regional a través del turismo.

No hay que olvidar que Puerto Montt planea construir un terminal de cruceros en su bahía, que debería estar en sintonía con el puente a Chiloé.

Con la visita a nuestro país del máximo representante de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, es importante destacar la reflexión espiritual a la que estamos siendo invitados. Si bien la convocatoria tiene una interpretación distinta a la de nuestro mundo evangélico -la que por cierto respetamos, pero no veneramos- apunta a poner el foco en cómo nuestra sociedad interpreta y hace suya la palabra de Dios en su fe cristiana.

En ese contexto, es necesario reflexionar respecto a cómo nuestra sociedad pone en el centro de su cotidianeidad los principios y valores consagrados en las sagradas escrituras. Pero tan importante como ello es la forma como internalizamos el cristianismo y lo ponemos en práctica con convicción y consecuencia. Precisamente son esos principios y valores cristianos los que hoy deben prevalecer, ante una ofensiva por instalar una retroexcavadora valórica en temas como la identidad de género, el matrimonio igualitario, o el recientemente aprobado aborto terapéutico, todas iniciativas consideradas prioritarias por el Gobierno de la Nueva Mayoría, que sólo buscan impulsar modas que representan minorías. Por esta razón, hoy necesitamos estar más activos que nunca, para defender esos principios y valores que guíen el destino de Chile, acercando estas convicciones a la gente para que nuestro país -de esencia cristiana- no se aleje de lo espiritual.

Este contexto político, social y espiritual coincide con la celebración de los 500 años de la reforma a la que fuimos convocados por Martín Lutero, y hoy nos plantea un nuevo desafío que nos movilice a impulsar una segunda reforma protestante que se haga cargo de representar la palabra de Dios ante esta arremetida liberal que atenta contra la espiritualidad y nuestra fe cristiana.

Esas fueron las ideas que el pueblo evangélico vio plasmadas en la candidatura del Presidente electo, Sebastián Piñera, y que se vieron materializadas en el importante respaldo que ayudó a consolidar su liderazgo y defender así, con valentía y convicción, aquellos principios y valores que hoy predicamos.

Iván Moreira Barros. Senador de la República. Región de Los Lagos.