El dulce y vivificante espíritu prenavideño -especialmente conmovedor por estos días previos a la Navidad- en Puerto Montt, de alguna forma, se ha visto alterado por el caso de la imagen de un espigado viejito pascual de fugaz paso.
El hecho es que la efigie, en general, no fue del agrado de la gente, que se manifestó dura y burlescamente en las redes sociales de internet. Mientras desde el municipio se explicaba que se trató de una iniciativa y esfuerzo de los propios trabajadores municipales, como aporte a la ambientación navideña en la ciudad, y que no demandó mayores gastos.
Todo fue breve y la historia finalizó con el retiro de la estructura, ante la amenaza de mal tiempo y fuertes vientos que pudieran derribarla sobre los transeúntes. Decisión que coincidió con el rechazo encontrado en el público, que creyó haber influido en la determinación.
Lo concreto es que -sobre todo, dentro del espíritu navideño reinante- lo que realmente valió la pena tomar en cuenta y valorizar en esta situación especial, es la intención -generosa y solidaria con Navidad, y colaboradora con Puerto Montt- de los funcionarios municipales, que entregaron largas horas de descanso y dedicación, trabajando en la elaboración de la alta figura de Papá Noel, especialmente en la armazón de fierro que lo sostenía y daba forma. Sin embargo, esa hermosa idea y su concreción no resultaron del todo en la sintonía de la noble inspiración. Como, en la vida, en que se suelen hacer tantas cosas con el mayor amor, pero que después no repercuten como se había soñado.
Acaso, para la Navidad de 2018, con la debida antelación y tiempo necesario, este mismo proyecto pueda perfeccionarse en el diseño y elaboración, para pláceme y admiración de la comunidad puertomontina. Mientras tanto, el Pascual y sus renos, el pesebre y el árbol navideño, desde la Plaza animan la espera del renacer del Niño Dios.
Trabajadores municipales, no se frustren ni apenen. Que sólo con el corazón se puede ver bien, porque lo esencial es invisible a los ojos, como lo dijo el Principito en ese libro inmortal.