En el ejercicio democrático que vivimos el pasado domingo 19 de noviembre pudimos escuchar la voz clara y fuerte de la ciudadanía, la cual se ha manifestado a favor de seguir fortaleciendo las reformas impulsadas por la Presidenta Michelle Bachelet. Esto quedó de manifiesto porque más del 55 por ciento del sufragio popular marcó claramente su tendencia hacia el mundo progresista, un sector político de centro izquierda que ha tenido como norte aportar en la disminución de las brechas existentes y de esta manera mejorar la calidad de vida de todos y todas los chilenos que habitan nuestro territorio.

El resultado de estas elecciones presidenciales hacen improbable un nuevo "giro hacia la derecha" sector más conservador que ha estado en contra de la entrega de derechos sociales permanentes y especialmente de profundizar las reformas de la Presidenta Michelle Bachelet, particularmente lo que tiene que ver con la educación gratuita y de calidad, la reforma tributaria y la reforma laboral, donde además su candidato señaló en una oportunidad que pretendía borrar de "un plumazo" lo alcanzado por este Gobierno y que hoy en el país y especial en nuestra región, es una realidad concreta.

El valor de asistir a votar es de suma importancia en esta segunda vuelta, en esta instancia el país necesita la unidad y generosidad de los ciudadanos y ciudadanas que quieren más y mejores transformaciones sociales, además de poder bajar el porcentaje de abstención, para que de esta forma uno pocos no elijan el destino del país.

El Ejecutivo continuará con fuerza y energía en sus labores hasta el último día, con la misma convicción que se ingresó a administrar el país en marzo de 2014, cumpliendo con los compromisos que se asumieron con la ciudadanía y que se lleva a cabo a través del programa de Gobierno. Pero la continuidad y profundización de las reformas impulsadas por esta administración sin duda vivirá un día crucial este 17 de diciembre en las urnas, donde se enfrentarán dos visiones completamente distintas del Chile que queremos. Lo que está en juego es una sociedad de derechos vs una sociedad de consumo, una mirada que pone en el centro a la persona y no al dinero.

Por lo que no da lo mismo quién gobierne y para ello nuestro país necesita de una nueva administración que continúe la senda transformadora, que ejecute el mandato ciudadano de seguir impulsando y profundizando reformas que generen mejores condiciones para el bienestar de millones de chilenos y no de unos pocos.

Marco Carrillo Bravo.

Seremi de Gobierno Región de Los Lagos

Hace falta que los puertomontinos y los habitantes de nuestra región, liderados por sus autoridades, se compenetren más de la importancia que tiene la arqueología -sobre todo unida al turismo- como influyente palanca de desarrollo socioeconómico.

Hay que reconocer que el señalado rubro -después del descubrimiento milenario de Monte Verde en Puerto Montt- ha adquirido una enorme importancia nacional e internacional, que revela que ya se está identificando a nuestra zona como de gran valor arqueológico. Lo que refleja que, además de nuestras tradicionales fuentes desarrollistas como la salmonícola, pesquera, agropecuaria, el turismo, hoy se agrega la singular reserva patrimonial existente en la zona sur austral patagónica, partiendo de la capital de la Región de Los Lagos y el propio Osorno, con sus extraordinarios yacimientos prehistóricos.

Y si a los señalados atributos se añaden nuevos sitios que se han ido descubriendo en la ruta de Vuriloche y en el mismo Chiloé -agregando la senda de Darwin o de Magallanes-, tenemos un turismo científico de insospechadas proyecciones por estos confines. Que bien organizado, en un circuito excepcional, con la participación asociada de los protagonistas del mundo de las ciencias y de la industria turística, puede transformarse en otro firme pilar de progreso regional. Como así lo hizo ver hace poco Tom Dillehay, el gran descubridor de Monte Verde, en un seminario en este puerto. Donde abogó por acometer el desafío de generar una alianza entre científicos y operadores turísticos, con la finalidad de "ofrecer a los visitantes programas coherentes para las personas que desean conocer el patrimonio arqueológico" de una zona extrema del planeta, que sorprende cada vez más con sus revelaciones prehistóricas.

Agilicemos, entonces, proyectos emblemáticos como el del Museo de Monte Verde y su complejo de sitio, junto con definir la ruta de los antiguos conchales costeros y corrales de pesca. Y así afianzar el aporte mancomunado del turismo y la arqueología.