El cuidado medioambiental, libre de basuras, pensando en la integridad del planeta y la subsistencia humana -cada vez más amenazadas por la propia irresponsabilidad de quienes lo habitan-, es hoy en día el gran desafío y compromiso de las presentes y futuras generaciones, conscientes de esa alarmante realidad.
A las normativas que apuntan a la prohibición del uso de las bolsas plásticas, reemplazándolas por aquellas ecológicas, se añaden los imperativos de urgente cambio de mentalidad ciudadana, concentrada ahora en una firme convicción de resguardo del medio ambiente natural y su fauna. Y para lo cual es fundamental comenzar a dominar el sistema de reciclaje de los desechos, partiendo de las propias familias, apoyadas desde los establecimientos educacionales. En una suerte de binomio clave y determinante en la formación de ciudadanos con profundo sentido del cuidado y limpieza del entorno natural, al que es imperioso librar de toda contaminación y perjudicial atentado.
Es destacable, por ello, lo que está haciendo -en esa dirección ecológica- la Escuela Kimun Lawal de Alerce. Donde participan en la tarea alumnos de kínder y prekínder y sus familias. En cada día de la semana, los niños deben llevar al establecimiento escolar bolsas de colores (según el desecho) con residuos sólidos reciclables: lunes, papeles y cartones; martes, plásticos; miércoles, metales; jueves, vidrios, y viernes, con tetrapak. Materiales que se entregan en un punto limpio en la prebásica, para su retiro por Fundación Ecosueños.
El cuidado medioambiental empieza, así, dentro del propio hogar, para completarse en las aulas escolares con niños que lo van asimilando.
Saber reciclar, que es un proceso por el cual los desechos inorgánicos son de nuevo utilizados; respetar el medio ambiente y preservar así la naturaleza, son indispensables conocimientos que se pueden aportar a la niñez, en esta gran misión o campaña para salvar el planeta de toda dañina contaminación y así aprender a convivir en armonía con el medio ambiente y sus creaturas.