¿Sabías que la comida y la bebida, son una motivación en alza para los viajes? A nivel internacional, más del 75% de los viajeros señalan que el motivo que les lleva a visitar un destino es la realización de algún tipo de actividad culinaria.
Este turista es un explorador. Se le conoce como "foodie". Le gusta salir de los caminos trillados y encontrar lo nuevo para él; experiencias únicas o sin descubrir. Es alguien que deja recursos interesantes para el territorio, porque gasta más de 25% de su presupuesto en comer y beber.
Es un viajero que disfruta del turismo gastronómico (food tourism). Una oportunidad para mover la economía local y aportar a romper la estacionalidad, especialmente en aquellos lugares de nuestro destino donde la diferencia entre temporadas se siente con mayor dureza.
El food tourism tiene como beneficios más llegadas de visitantes; más ventas de habitaciones, de asientos de avión, de barcos y de buses; más comidas de restaurante, más consumo de vino, de cerveza y de arriendo de vehículos, entre otras cosas. Entrega más cobertura mediática, una nueva ventaja competitiva o propuesta de venta (es decir, comida y bebida únicas); más ingresos fiscales y mayor conciencia de la comunidad sobre el turismo en general.
La Asociación Mundial de Alimentos y Viajes (World Food Travel Association), es quien lidera esta actividad a nivel internacional, y la define como "la búsqueda y disfrute de experiencias únicas y memorables de comida y bebida, tanto lejos como cerca". Esto significa dos cosas: que no es necesario ir lejos para ser un viajero de alimentos. Tú y yo lo somos cuando vamos al negocio de la esquina donde comemos y conversamos con la dueña y conocemos la historia que da origen a lo que estamos degustando, y que hay tantas alternativas de turismo gastronómico como experiencias posibles de vivir para este turista.
Nuestra Provincia entrega un escenario altamente atractivo para el viajero de alimentos. Tiene un paisaje natural hipnótico donde resulta perfecto disfrutar de una sabrosa preparación mirando el mar, estando en el campo, con la nieve como compañera o en la ciudad. Pero se debe tener presente que no se trata sólo de eso, sino de llevarse consigo experiencias. Por esto es importante que nosotros, los anfitriones, conozcamos nuestro entorno, y que nos sintamos orgullosos de nuestra historia y de nuestra cocina.
Dalma Díaz.
Presidenta Aseet Lagos y Volcanes