Si se tuviera que elegir una palabra para definir la filmografía del mexicano Guillermo del Toro, probablemente no sería "optimista". Pero esa fue la que él escogió para describir su más reciente película, "La forma del agua", con una salvedad: es la más optimista de todas las que ha hecho.
El cineasta que ha hecho cintas como "Hellboy", "El laberinto del fauno", "Pacific Rim" y "La cumbre escarlata", por nombras algunas, presentó en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), en su natal México, su nuevo título, que protagonizan Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Doug Jones, Michael Stuhlbarg y Octavia Spencer.
"Es la película más optimista que he hecho", afirmó Del Toro en una conferencia de prensa, en la que aseguró que ésta demuestra que se puede encontrar una "fuerza" en el amor.
Un amor que no se limita a lo netamente "romántico" sino que también puede ser el que tiene un padre para con su hijo o el que se da entre hermanos.
Se trata de una especie de cuento de hadas moderno, con la Guerra Fría como telón de fondo, que narra la historia de Elisa (Hawkins), una solitaria mujer que trabaja en un laboratorio secreto de alta seguridad y cuya vida cambia cuando descubre un experimento confidencial.
La cinta se sitúa en 1962 por las circunstancias que rodearon este año en el contexto mundial. "Se está cristalizando un sueño que nunca llegó a realizarse, el sueño de la abundancia suburbana, de los automóviles, la carrera espacial entre América y Rusia; es un momento crítico que queda plasmado como una historia de fantasía", expresó el realizador.
Y aseguró que, con esta película, no tiene expectativas de ganar el Óscar. Premio que ya han ganado sus compatriotas Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón. "Los premios son bien importantes cuando los ganas y no tan importantes cuando no los ganas; el premio principal es que exista la película", dijo.