La imagen del solitario hincha puertomontino, -el único-, en la inmensidad de las despobladas gradas del estadio de Coquimbo, alentando incansablemente a su equipo predilecto -con gritos de consignas y cánticos de apoyo-, recorrió velozmente la redes sociales de internet y se transformó en el impacto mediático del momento.
Nunca antes se había registrado fervor semejante por una enseña deportiva. Recorrer en bus más de 500 kilómetros para ver en acción y estimular al triunfo a Deportes Puerto Montt durante 90 minutos. Y aunque estuviese sin compañía alguna -absolutamente solo- y en un escenario ajeno.
Y acaso fue aquella singular demostración de increíble adhesión y compromiso de ese único puertomontino, la fuerza avasalladora que el plantel de Melipulli requería para derrotar 2-1 a la sorprendida escuadra anfitriona de Coquimbo. Lo que quedaría demostrado cuando al final del cotejo los jugadores de Puerto Montt, encabezados por el crack uruguayo Sebastián Abreu, saludaron y agradecieron, por su admirable apoyo, al joven hincha Sebastián Carrera, dedicándole la victoria. Mientras que, por internet, el astro bicampeón americano, Arturo Vidal, conmovido, resumía sus sentimientos en una sola frase: "Este es un hincha de corazón".
Debemos detectar y asimilar el mensaje. Sobre todo, en estos tiempos donde campea la superficialidad y lo desechable. Donde hace falta mayor identificación con las grandes causas de superación de la sociedad. Espirituales, culturales, artísticas, sociales, desarrollistas, estructurales, ecológicas, animalistas y, por cierto, deportivas. Como en este caso, donde -singularmente- el joven puertomontino Sebastián Carrera, sin buscarlo, enseña a vibrar y a vincularse más con los ideales, aspiraciones y campañas de superación. Aficionado al fútbol y fiel seguidor de Deportes Puerto Montt, con su imagen solitaria en el soleado norte, vitoreando a sus muchachos, ha revelado a los demás hinchas y a los puertomontinos en general, cómo hay que hacer para contribuir al logro de los grandes sueños.