Los contenidos artísticos y culturales, la oferta local de espectáculos, el patrimonio, se han vuelto cada vez más relevantes para sectores en principio dispares, como tecnología, turismo o proyectos sociales. El diseño de estrategias que aprovechen las particularidades locales, son una oportunidad para la diversificación, diferenciación e inserción en cadenas de valor globales. El Banco Interamericano del Desarrollo publicó el documento "Public Policies for Creativity and Innovation", que consiste en un marco teórico para el fomento de la economía creativa en América Latina. Este es un sector que ha ido ganando atención por parte de las instituciones multilaterales, como el BID, la UNESCO, UNCTAD, así como de varios gobiernos, como Argentina, Colombia, Uruguay, Chile, Costa Rica y Panamá, entre otros. Por parte del Banco, se trata de la continuación del trabajo iniciado hace cuatro años, con la publicación de "La Economía Naranja: Una oportunidad infinita", que desde entonces se ha convertido en el documento más descargado de toda la historia del BID. En éste se hacía un llamado a considerar la riqueza cultural de Latinoamérica como ventaja para el desarrollo económico local, así como un motor cada vez más importante para el intercambio económico mundial. El BID ha diseñado un curso, que tiene como objetivo sensibilizar a funcionarios que están a cargo de programas de fomento. Entre el 3 y 5 de octubre se desarrolló en Valparaíso la primera versión piloto, con expertos nacionales e internacionales de primerísimo nivel. Se discutieron los fundamentos para el diseño de política e instrumentos, con ejemplos de UK y Argentina, la importancia de desarrollar política pública basada en evidencia, innovaciones en materia de derechos de propiedad intelectual y casos de desarrollo local de Lombardía (Italia), Cali (Colombia) y Frutillar (Chile), en donde Fundación PLADES fue invitada a participar. Está previsto repetir este programa a lo largo del continente, lo que es una excelente oportunidad para difundir casos de éxito nacionales, como Frutillar, para mostrarlos con orgullo en regiones que buscan rescatar su talento e identidad para salir al mundo.

Felipe Mujica Cominetti. Gerente de Chilecreativo. Programa Estratégico Nacional de Economía Creativa (Corfo).

Desde el próximo domingo 22, a las 17 horas, el hermoso Valle de Chamiza, cercano a Puerto Montt por la Carretera Austral, se impregnará de las bellas melodías de la música clásica, con motivo del inicio del IV Ciclo Cultural Chamiza 2017, cuya clausura se contempla para el 30 de noviembre venidero. Escenario del evento será el templo luterano cedido por el pastor Alejandro Zegers Reed, donde en la apertura actuará el dúo de canto y piano, con la soprano Marisol González, de Santiago, y la pianista Ximena Vásquez, de Puerto Montt.

Este interesante aporte en cultura a las zonas rurales se originó hace cuatro años, cuando un inspirado grupo, liderado por el vecino chamizano Martin Wunderlich Bernier, creó la Agrupación Cultural de Chamiza. Su misión ha sido promover en las zonas apartadas las obras musicales de los grandes maestros. Y así aportar esas oportunidades culturales también a la gente de nuestros campos, para quienes se hace difícil acceder a la gran ciudad donde estas presentaciones son habituales.

La historia rememora que una pequeña colonia alemana, formada por inmigrantes, en el siglo pasado, arribó a estos confines en las naves "Alfred" y "Wandrahm". Con tesón y fe, los germanos transformaron el lugar en el próspero Valle de Chamiza, que resalta por la fertilidad de su tierra, y que en ese entonces surtía de hortalizas y lechería a la población de un Puerto Montt en ciernes. Pronto, nació en el lugar (1909) la Base Aérea y su Escuadrilla de Anfibios, que más tarde se convirtió en el Grupo de Aviación N°5, lo que es hoy el Grupo de Aviación N°5 de la FACh con asiento en El Tepual.

De manera que esta plausible iniciativa de llevar periódicamente el arte de la música escogida a este histórica vaguada rural, no hace más que justicia con sus pujantes pobladores de origen colonizador. Una generosa contribución al desarrollo, que bien amerita destacarse y ser retribuida con el aliento espiritual de las creaciones de los grandes maestros de la música universal. Cuyas melodías harán del lugar un valle encantado por algunas semanas.