En días pasados se armó una cierta polémica en la región por las declaraciones que hice a un medio de comunicación capitalino en el sentido de que en el Presupuesto Trienal 2017-2019 que se le aprobó a la Empresa de Ferrocarriles del Estado por los Ministerios de Hacienda y de Transportes no hay recursos para nuevos proyectos.
De hecho, de los 3.600 millones de dólares que solicitamos para ese Trienal, sin "tejo pasado", se le aprobaron sólo una cuarta parte, es decir, menos de 200 millones de dólares por año. El 30% de esos recursos estarían asegurados por Presupuesto de la Nación, mientras el 70% lo tiene que levantar EFE (préstamos, colocación de bonos en el mercado local). En cuanto al destino, un tercio de esos recursos irán al "plan de infraestructuras críticas", destinado a llevar a un estándar básico la red de puentes, vías, cruces y atraviesos, que se está viniendo abajo de a pedazos, por el descuido histórico en que se ha tenido y que no permite un uso de más allá de un 50% de su capacidad.
Otro tercio va a poner a punto los precarios sistemas de señalización, electricidad y comunicaciones en toda la red y dar así más confiabilidad a los servicios que se prestan. Otro tercio va a adquisición de 16 trenes para la zona centro-sur del país, estudios diversos y gastos operacionales. Recursos para invertir en la ejecución de algunos de los proyectos que están todavía en fase de ingeniería no hay. Hay que conseguirlos de alguna manera cuando se terminen los estudios.
Es fácil imaginar y hacer estudios de pre-factibilidad de nuevos proyectos de transporte ferroviario de pasajeros. El detalle es que ejecutarlos cuesta plata. Y el detalle más grande aún es conseguirla, porque hay que pelearla con un sinfín de otras prioridades más urgentes que tienen o se dan los Gobiernos. EFE sin duda cuenta con una cartera interesante de proyectos estudiados, entre ellos el Llanquihue-Puerto Montt, con una inversión estimada de 147 millones de dólares. El contar con los recursos para ejecutarlos es el eterno problema, dado que en Chile hemos descuidado por décadas el modo ferroviario y hemos privilegiado el modo camión y carretero, en especial a través de la política de concesiones que se impulsó desde los 90, que ha sido muy exitosa sin duda, pero que tuvo como contrapartida relegar al modo ferroviario al rincón de las prioridades públicas. A eso contribuye incluso el desmantelamiento sistemático de la empresa ferroviaria, cuyos terrenos y activos son permanentemente solicitados por municipios, comunidades y parlamentarios para ser destinados a objetivos sociales que, aunque legítimos y encomiables, nada tienen que ver con defender y desarrollar el modo ferroviario, por el contrario, van limitando su desarrollo futuro.
Lo señalado en cuanto a que EFE no dispone de recursos para nuevas inversiones entre 2017 y 2019 no incluye para nada el servicio Alerce La Paloma que se viene trabajando con el Municipio de Puerto Montt y el Gobierno Regional, porque ese proyecto tiene su financiamiento propio asegurado por la Municipalidad y el GORE. EFE pondrá los trenes y locomotoras, su reparación, mantención y operación. Nada se saca con decir que el servicio habría que extenderlo a Llanquihue e incluso más allá, con trenes nuevos y hacer todo nuevo, que a todos nos encantaría, porque plata no hay para eso. Lo que EFE busca es bajarse de la nube y encontrar una solución concreta para la gente con los recursos que se tiene, no con los que están volando en la estratósfera. Y en realizar ese proyecto real y concreto, que aliviará la existencia diaria de miles de compatriotas que se mueven en esa área, seguimos comprometidos como EFE, trabajando codo a codo con el Municipio y el Ministerio de Transportes.
Germán Correa Díaz,
presidente de EFE