Mitos regionales
Hace unos días, se publicó un ameno reportaje que buscaba desmontar algunos mitos históricos regionales; sin embargo, en lo referente al Almirante Galvarino Riveros el autor - llevado por un excesivo entusiasmo iconoclasta - confunde la novela con la historia y termina por construir ¡un nuevo mito! Revisemos sus afirmaciones a la luz de los hechos:
- A la fecha del combate de Angamos, el Almirante Riveros habría sido "un hombre mayor", con la implicación de ser demasiado viejo:
Ocurre que en 1879 don Galvarino tenía sólo 49 años, y es interesante comparar esto con la edad de otros comandantes cuando tuvieron responsabilidades equivalentes: El Almirante Togo tenía 57 años cuando destrozó a la escuadra zarista en Tsushima. En la batalla de Jutlandia, durante la Primera Guerra Mundial, las edades de los comandantes enfrentados eran: Jellicoe 57, Beatty 45, Scheer 53, von Hipper 53; durante la segunda conflagración mundial, el gran Almirante Cunningham tenía 57 años cuando arrebató a los italianos el control del Mediterráneo y en la crucial batalla de Midway las edades eran: Nimitz 57, Spruance 56, Fletcher 57, Yamamoto 58, Nagumo 55; creo que los números hablan por si solos.
- Llegó de manera accidental a comandar la Escuadra y no estaba capacitado para el mando.
Que un oscuro marino chilote, y por ende políticamente marginal y sin padrinos poderosos haya llegado a ser segunda antigüedad en un entorno tan cerrado y clasista como la Armada chilena, sólo puede ser por méritos personales, y el accidente que lo hace ascender a la Comandancia en Jefe fue nada menos que la baja psiquiátrica de su antecesor, a quien el habilísimo Almirante Grau literalmente "volvió loco". Sin embargo, el Almirante Riveros rápidamente logró hacer buen uso de la información disponible y así deducir cuándo y donde atrapar a la escurridiza fuerza de tareas peruana. En este punto, es importante considerar que en esa época no había radar ni reconocimiento aéreo y que en la vastedad del océano Pacífico bastaba un error de unas cuantas millas, para que flotas enteras pudieran cruzarse sin avistarse, como de hecho ocurrió previo al combate de Iquique.
- Habría ansiado figuración y buscó opacar a Juan José Latorre, encomendándole una misión inútil:
El Almirante Riveros estaba al mando del "Blanco Encalada" desde el comienzo de la guerra y sabía perfectamente que al no haber tenido la oportunidad de hacerle limpieza de fondos y calderas - lo que sí se había hecho en el "Cochrane" - su buque estaba en inferioridad de condiciones, pero no transfirió su gallardete a este último al asumir la Comandancia en Jefe, sino que buscó optimizar resultados con los medios disponibles y así para atrapar a Grau se asignó a si mismo el papel de "levantar la caza" y a Latorre el papel de "cazador". Finalmente, enviar al "Cochrane" tras la estela del buque peruano sobreviviente, en modo alguno era una tarea inútil. Muy por el contrario, esta misión apuntaba directamente a lograr el objetivo central de la estrategia naval chilena: despejar de buques enemigos las rutas por donde debían transitar los transportes de tropas y pertrechos, permitiendo al Ejército asumir la iniciativa en tierra por medio de sucesivos desembarcos.
RENATO ALVARADO VIDAL.
Ex cuartel de la PDI
Estoy plenamente de acuerdo con lo expresado por el Sr. Eduardo Mas Huber, en lo concerniente a que los derechos humanos comenzaron a violarse antes del 11 de Septiembre de 1973. Si se logra construir el Museo de la frágil Memoria, éste también deberá incluir los aciagos acontecimientos que sucedieron antes de la fecha precitada. Aprovecho de sugerirle al Consejo Regional, que el ex edificio de la PDI sea traspasado al Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, Institución noble que no necesita de color político para actuar.
Todavía hay tiempo, para enmendar el rumbo.
HERNÁN REYES RUIZ.
Día del Profesor
Siempre será este día -el del Profesor que es el 16 de octubre, este lunes- una celebración a la vida que nos dio como profesores el privilegio de enseñar a tantos rostros que esperaron de nosotros lo mejor que te pudimos entregar.
Cuando estábamos trabajando, de esos alumnos recibíamos para esta fecha el afecto y el respeto de un abrazo y una flor.
Hoy que estamos jubilados, a ellos les enviamos los más gratos recuerdos de vivencias compartidas en un tramo de la vida que el destino quiso con la pedagogía enlazar.
MARLENE CÁRDENAS SIEBALD. Profesora Jubilada.