Dep. P. Montt y los escollos superables
Tras algunos vaivenes directivos y el ingreso de un nuevo presidente interino, renacen la esperanzas en el club porteño.
En el marco de los episodios de inestabilidad en su marcha organizacional, que ha estado afrontando Deportes Puerto Montt en los últimos meses, particularmente en el plano directivo, afortunadamente la situación tiende a normalizarse ahora con el ingreso a la presidencia del club de su vicepresidente Germán Mayorga, quien está relacionado con la entidad albiverde desde 1994 en su calidad de socio institucional y empresario salmonero.
A través de su pensar y sentir, -revelado en la entrevista que le acaba de hacer El Llanquihue-, se puede constatar que se trata de una persona ponderada y prudente, que se aprecia que quiere mucho al club porteño y que está dispuesto a realizar sus mejores esfuerzos, de aquí a diciembre (plazo del ejercicio de la presidencia interina), para que Deportes Puerto Montt recupere la tranquilidad, ordene sus cuentas, mejore sus relaciones y se proyecte confiado al porvenir.
Sobre todo, al nuevo timonel le anima la convicción de batallar a fondo por recuperar la estabilidad del club, con la participación de todo el directorio, los socios y la hinchada. Y, en especial, con el apoyo de la comunidad porteña. Para lo cual, su primera intención y tarea es optimizar las relaciones con el municipio, los auspiciadores y sector privado, a los cuales considera vitales en la existencia de la entidad del velero. Lo que, en consecuencia, compromete su mayor reconocimiento, así como el de la misma institución. Y está consciente que en la medida que esta unidad se incremente y surja mayor participación ciudadana y empresarial en el quehacer del club, esto se irá reflejando en dignos y mejores resultados futbolísticos, que de veras hagan posible el soñado retorno a la primera división del fútbol profesional chileno.
El plantel futbolístico y su cuerpo técnico merecen esa seguridad organizacional y buena marcha de Deportes Puerto Montt. Y así trabajar tranquilos y confiados -en plenitud, sin perturbaciones ajenas-
en el cumplimiento de sus deberes deportivos, con el mayor profesionalismo y pundonorosa entrega a la misión que Puerto Montt les ha encomendado.