La solidaridad no tiene fronteras. Hace 57 años, en mayo de 1960, el pueblo mexicano le dio la mano a Puerto Montt, luego que viviéramos el terremoto más grande registrado en la historia de la humanidad. Las obras del apoyo del país Azteca hoy son íconos de nuestra ciudad, como lo es nuestra Casa del Arte Diego Rivera y la Caleta de Pescadores de Anahuac, espacios que fueron inaugurados en 1962 por mi padre, el entonces intendente provincial Jorge Brahm, acompañado de la primera dama de México y del embajador de ese país en Chile.
Hace algunos días, el presidente del sindicato de pescadores de Anahuac, Juan García, sostuvo con toda razón que los puertomontinos tenemos "el deber moral" de ir en ayuda de la nación que en antaño nos brindó su apoyo y que hoy sufren una tragedia sísmica. El destacado músico Jaime Barría también hizo ver la necesidad de organizar una actividad solidaria que permitiera reunir recursos para mitigar la catástrofe ocurrida en tierras lejanas, pero a la vez hermanas.
Hoy las ideas solidarias están lanzadas, pero hay que materializarlas. Hay que definir los espacios, fechas, horarios y tipos de actividades a realizar para recaudar recursos económicos de manera planificada y coordinada con la embajada, ya que la ayuda monetaria es la opción más viable para enviar a un lugar distante como es México.
Pero la responsabilidad de devolver la mano no es exclusiva de los artistas y pescadores, es de toda nuestra comunidad. Todos los sectores de nuestro Puerto Montt debemos unirnos en una cruzada solidaria. La industria, el comercio, los estudiantes, los medios de comunicación, las diferentes organizaciones, los líderes políticos, las autoridades y sus habitantes, todos los que damos vida a esta ciudad debemos ser parte de una campaña para devolver en parte esa vida a quienes sufren hoy en América del Norte.
Hoy los mexicanos aún experimentan la emergencia, entre rescates y réplicas sísmicas, pero en el futuro enfrentarán la tarea compleja y extensa de la reconstrucción, que es la ocasión en que el grano de arena de Puerto Montt debe estar presente, como lo dijo nuestro hombre de mar Juan García, respondiendo a un deber moral.
Por Jaime Brahm Barril,
ex intendente de la Región de Los Lagos.