Lo ocurrido la tarde del jueves con el deslizamiento de tierra en Isla Tenglo, y que terminó con dos viviendas en el mar (con el consiguiente daño total a sus enseres); no es más que la constatación empírica y concreta del peligro inminente que significa vivir en las laderas de la ciudad.
Cuestión similar ocurre en diversos cerros de Puerto Montt, en el propio borde costero hacia Chinquihue, en Coihuín o Piedra Azul, por nombrar algunos sectores que permanentemente se ven expuestos a este tipo de situaciones, cuando llueve mucho o sube en exceso la marea. Es decir, nadie podría sorprenderse por la sucedido. Al punto que existe un estudio realizado por la Universidad de Concepción -y ampliamente difundido por este Diario-, que justamente da cuenta de los riesgos que exhibe Puerto Montt a este respecto.
Si bien es cierto, las autoridades han intentado erradicar a aquellos vecinos de dichos sectores, y sin ir más lejos en este mismo caso, funcionarios municipales -antes del inicio del invierno-, y producto de la remoción en masa que ya se había producido allí, les recomendaron abandonar el lugar; pero lo cierto es que la población se aferra a su hábitat y donde han construido su vida, y se quedan allí; sin medir riesgos como los que finalmente terminaron por provocar esta emergencia.
En consecuencia, la lección es clara. Las autoridades no pueden seguir permitiendo que la población se exponga de esta manera a perder su vida. En este caso, la divina providencia quiso que la pérdida fuese sólo material; pero bien podría haber sido humana. Y como es de perogrullo, suponemos que no habrá que esperar una tragedia con víctimas fatales para reaccionar. En Valparaíso la gente volvió a vivir en las laderas tras el primer megaincendio que afectó al puerto hace algunos años, con las consecuencias ya conocidas. No repitamos malas experiencias, que claramente estamos a tiempo de prevenir.
El tema no es fácil, considera incluso aspectos culturales, pero por lo mismo, requiere de una intervención integral y de largo plazo, para brindarle seguridad a la población.