Una de las preocupaciones que siempre surge cuando ocurren -en nuestra región u otras- tragedias como los incendios forestales, erupciones volcánicas y derrames de petróleo, entre otros, se refiere a ¿qué pasará con la fauna animal que habita en los lugares afectados por esos dañinos sucesos? ¿Alguien se preocupará de hacer algo? ¿Cómo lo harán?
Afortunadamente, la mentalidad ecológica y protectora de las especies imperante ha inspirado la habilitación de un protocolo de rescate animal en situaciones catastróficas. Donde desempeña un papel protagónico decisivo el Comité Coordinador de Emergencias para Especies Silvestres, cuya misión es precisamente encauzar acciones protectoras y de auxilio a los animales de nuestra zona en esos azarosos casos de emergencia.
Una de las formas de avanzar en la organización operativa de este sistema de resguardo animal, es la realización de talleres capacitadores para entrar en acción cuando sea necesario. Donde hacen un aporte informativo y en conocimientos que es vital, instituciones como la Secretaría Regional Ministerial del Medio Ambiente, la Conaf, Sernageomin, Onemi, Sag, Armada, Carabineros, Policía de Investigaciones, Bomberos, Sernapesca, las universidades y, por supuesto, la más interesada en estas tareas, que es la entidad animalista Albergando un Amigo.
Es importante que -mediante estos periódicos encuentros- se vayan afiatando estas distintas organizaciones y una vez coordinadas -en un adecuado molde protocolar- operen con la mayor prontitud y eficiencia. Y así puedan salvarse las especies de la fauna animal de perecer quemados, envenenados, asfixiados… Es decir, llegar a reducir al mínimo la victimización animal por efectos de terremotos, maremotos, erupciones volcánicas y los devastadores incendios forestales de verano.
Por lo demás, es lo que exige la preservación medioambiental en estos tiempos de un alarmante calentamiento global y generalizada contaminación, que amenaza a la vida humana y animal.