A la conquista del turista en invierno
P. Montt debe enriquecer sus atractivos con Monte Verde, ruta del patrimonio e isla Tenglo. Urge concreción de proyectos.
Los empresarios del turismo porteño y en general quienes se dedican a este importante rubro de la economía local y regional, se han manifestado insatisfechos y preocupados por la baja de visitantes en el presente invierno a Puerto Montt. Lo que ha significado menores ingresos y debilitamiento de las opciones desarrollistas de la industria sin chimeneas sureña, reconocido motor financiero del progreso por estos confines.
En situaciones semejantes, lo primero que hay que hacer es definir las causas que provocan los malos resultados. La primera evidencia es que hubo fallas de promoción turística local. Porque debemos reconocer que este invierno, y otros anteriores, Puerto Montt ha organizado actividades muy interesantes. Comenzando por el espectacular mes de julio, con lo mejor del arte teatral internacional, de gran calidad y excelente organización. Y, luego, con las ferias de emprendedores regionales y nacionales, de plausible jerarquía.
Indudablemente, que eventos de esta connotación ameritan de la máxima difusión nacional e internacional, sobre todo a través de los medios comunicacionales más influyentes y de mayor llegada al público. Y para lo cual es indispensable realizar un substancial esfuerzo económico público-privado, pues se trata de una inversión ineludible, si se quiere mantener la dinámica del turismo como pieza clave de despegue.
Debemos reconocer también que lo que está ofreciendo Puerto Montt al visitante, se puede enriquecer mucho más todavía. Si se incorpora, en plenitud, el hallazgo arqueológico de Monte Verde, que ha consagrado a Puerto Montt como la cuna de la civilización más antigua de América. Lo que implica dinamizar el proyecto del museo de preservación de las reliquias y de habilitación del sitio que recrea esos primigenios asentamientos humanos.
Monte Verde encabezaría una singular ruta patrimonial, marítimo-terrestre, con los conchales históricos, barrios y templos del pretérito, alerces petrificados, la Silla del Presidente, Angelmó remodelado... Más Tenglo, que espera su turno turístico.