La seguridad en tránsito vehicular -tanto urbano como interurbano- sigue siendo de vital importancia en el devenir de las ciudades y sus habitantes. Siendo la vida lo más preciado, es imperioso evitar por todos los medios que quede expuesta a perderse -como alarmantemente viene ocurriendo en la región en los últimos lustros- por irresponsabilidades de los propios conductores en el manejo.
A la preocupante inconducta de la conducción en estado de ebriedad, se agrega la de también hacerlo atendiendo el teléfono celular o la comunicación por WhatsApp. Lo que implica un peligroso descuido vehicular y la consiguiente posibilidad de protagonizar accidentes de graves consecuencias. Como así está registrado en las estadísticas, entre ellas la de Conaset. Que anotan -entre 2011 y 2016-en la zona de Los Lagos, la duplicación de tragedias por no ir atentos a las condiciones del tránsito. De 508, la cifra subió a 1 mil 55, con el fallecimiento de 32 personas, 334 lesionados graves, 195 menos graves y 2 mil 845 en condición de leves.
Esta delicada realidad ha impelido al Ministerio de Transportes a iniciar por estos días la campaña "Si manejas no chatees", abordando esta problemática que cada vez se agudiza y agrava más en la región y el país.
El clamoroso llamado, entonces, es para todos los choferes, hombres y mujeres. Que ejerzan su labor con la máxima seriedad, prudencia y respeto por los demás conductores y peatones que transitan por calles y carreteras. Que, por favor, al manejar, no se distraigan atendiendo sus celulares, conversando por este medio, y menos chateando por WhatsApp u otras aplicaciones. Son segundos o minutos preciosos, en que -al descuidar el volante- pueden desatarse tragedias irremediables.
Es fundamental que estos adelantos comunicacionales -así como todas las cosas en la vida- sean utilizados con mesura y prudencia, sin excesos. Para que el bien social que encierran, no se transforme en daño y sufrimiento. O que por acercarnos a los que están lejos, nos alejen de los que están cerca.