Una de las instituciones más comprometidas con la protección, seguridad y bienestar de la comunidad -Carabineros de Chile- celebra hoy sus 90 años de valerosa y perseverante existencia, al servicio de los chilenos y la tranquilidad nacional.

En la actualidad, más que nunca, cuando el repudiable flagelo de la delincuencia y sus múltiples secuelas de daño social, parecen multiplicarse, se hace cada vez más indispensable y urgente la intervención de nuestros policías uniformados. Sobre todo, en el cumplimiento de sus misiones destinadas a prevenir los delitos, así como en sus operaciones represivas. Y para lo cual será siempre imprescindible mantener a la noble institución provista de la cantidad de efectivos necesarios para cumplir y del equipamiento moderno equivalente, que permita que la gran labor protectora de Carabineros sea eficiente y garante de paz social. Sin olvidar que el peso de la ley -lo suficientemente contundente- debe acompañarlos como corresponde, para que así se vaya extirpando la delincuencia.

Los planes cuadrantes iniciados por Carabineros en los últimos años en las comunidades, para hacer más precisa y eficaz la acción policial, han sido beneficiosos en ese batallar desde las poblaciones. Particularmente, a través de una mejor relación y diálogo entre los vecinos y los policías, cuya mutua colaboración y solidario apoyo se está constituyendo en una fórmula que está dando muy positivos resultados. Tanto para los efectos de prevenir los delitos, como para pesquisar a los infractores de la ley y el orden.

Por eso es que en esta fecha especial, desde Puerto Montt y la Región de Los Lagos, valoramos que sean cada vez mayores los empeños que se hagan por avanzar en la modernización de Carabineros de Chile, en cuanto a tecnología, equipamiento y formación profesional. Y con ello, asumir -confiados y siempre valerosos- los desafíos actuales y emergentes en el combate a la delincuencia.

A Carabineros, en su día, la mayor gratitud y aprecio a su valiente y generosa protección.

En la prensa de los años 80 y hacia atrás en el tiempo, era frecuente ver en las páginas policiales o de la crónica roja a personas detenidas y acusadas de delitos. Cuando era estudiante universitario y revisando la prensa del día, recuerdo una foto de tres personas, con las manos en la espalda, y frente a ellos en una mesa, cuchillos, cadenas y algo de dinero. Acompañaba la lectura de la foto el sugerente título "Cogoteros", sin dejar margen de error al juez ni a la sociedad de que se trataba de antisociales, otra palabra que se utilizaba a discreción. La Reforma Procesal Penal supuso un avance en la manera sobre cómo debemos observar a los detenidos -ahora imputados- y como gran valor del cambio cultural que traía aparejada, ahora se separa al juez de la investigación y, sobre todo, se presume la inocencia de la persona hasta que es condenada en un tribunal. Pero algunas cosas no cambian y la materia de reflexión de esta columna. Es común seguir viendo a personas detenidas que salen de las unidades policiales rumbo a los tribunales. Claro, tanto Carabineros como la PDI tienen el legítimo interés de mostrar las gestiones de su trabajo, justo en una época cuando la inseguridad es tema sensible para las personas. Y más que criticar a estas instituciones, voy a centrarme en los medios de comunicación, que al parecer no han interiorizado a cabalidad el principio de inocencia de las personas. Los medios no llegan por casualidad a la salida de las personas detenidas. Llegan porque les avisan y porque necesitan imágenes (fotos o videos) para graficar el hecho que se investiga o que causó conmoción pública. Pero esta comodidad no puede ser a costa de la honra de una persona y el desafío es superar esta costumbre de apuntar con el dedo a alguien sin saberse si es culpable de algo. Un viejo dicho reza que la fama dura 15 minutos, pero la infamia un poco más. A veces toda la vida.

Me parece que los periodistas debemos ser el vehículo para hacer efectivo el cambio cultural que propuso hace más de una década la reforma, invitando a la PDI, Carabineros y a la Defensoría Penal Pública a proteger como es debido a los ciudadanos.

Sergio Velásquez Haros.

Presidente Regional del Colegio de Periodistas.