Una vez más, la Escuela Las Camelias, emplazada en el amplio sector de Mirasol, ha sido afectada por un ataque vandálico.
A los robos, pedradas y el ingreso de desconocidos, que han destruido el interior del plantel durante sus ocho años de funcionamiento, se sumó la acción del fuego durante este fin de semana largo de Semana Santa.
A las 17.48 horas del domingo, la Central de Alarmas del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt dio cuenta de un principio de incendio en el establecimiento municipal emplazado en avenida Arturo Alessandri, emergencia que fue controlada por voluntarios de las Cuarta, Quinta, Sexta y Octava compañías de la capital regional.
En el lugar, el tercer comandante, Juan Carlos Arzola, oficial a cargo del llamado, precisó que "los primeros antecedentes apuntan a que el fuego habría provenido desde el exterior, de una ventana que había sido forzada y que comunica con la sala siniestrada".
El trabajo de extinción se realizó desplegando líneas de agua, con una utilización mínima del agente extintor, para evitar daños en el recinto.
"La tarea más compleja fue la de ventilación de una densa nube de humo que se extendió por toda la escuela", precisó.
Elías Mansilla, coordinador extraescolar de la Escuela Las Camelias, se encontraba cerca el establecimiento cuando se registró el siniestro de carácter intencional.
"Voluntarios de Bomberos me avisaron que se estaba quemando la escuela en la que trabajo, y como estaba cerca vine de inmediato. Llegué y vi que estaban trabajando en la sala de prebásica, había fuego en una pared y un denso humo hacía el ambiente irrespirable", contó.
La oscura emanación provenía de cajas contenedoras plásticas, que en su interior almacenaban útiles escolares de los alumnos de kínder y prekínder del plantel.
"Se quemaron lápices de cera, lápices de colores, pegamentos, plasticinas, papel lustre, entre otros materiales entregados por el municipio a comienzo del año escolar", detalló Mansilla.
El efecto de nube era visible ayer en las murallas el espacio que alberga a los más pequeños de la Escuela Las Camelias.
Niños afectados
La educadora de párvulos, Sonia Anderson, quien trabaja con 55 niños, en dos jornadas, en la sala que ayer era reparada por trabajadores del Departamento Administrativo de Educación Municipal (Daem), no entiende los motivos del atentado.
"Los únicos afectados son los niños. Ahora debemos trabajar hacinados en un espacio que no es nuestra sala. Es lamentable que esto ocurra, que seamos víctima de actos vandálicos. Al llegar, los niños preguntaron por qué habían quemado su sala", dijo.
Y es que los vándalos parecen desquitarse cada cierto tiempo con el establecimiento.
Ana Cárdenas, apoderada de kínder, relató que hace algunas semanas encontraron "piedras y excremento al interior de la sala, cosas que metieron donde levantaron la ventana. Sabíamos que teníamos que arreglar esa ventana, pero como llegó el fin de semana largo no se alcanzó. Ahora, la sala la quemaron; la maldad fue más grande".
La madre de una de las estudiantes llegó a colaborar en la emergencia, sacando mobiliario o elementos de la sala, para resguardarlos de las llamas. "Me dio mucha pena ver las cosas de los niños mojadas y pasadas a humo", dijo.
El director de la Escuela Las Camelias, Guillermo Ojeda, recordó que "el último atentado grande que tuvimos fue en 2012, cuando nos entraron a robar y nos rompieron todo el edificio, puertas, ventanas, incluso con una galletera intentaron cortar la puerta metálica por la que se accede al laboratorio de computación".
Para el docente, que avaluó los daños del incendio en un millón de pesos, el fenómeno delictivo no sólo involucra a la escuela, sino que a todo el sector donde se emplaza.
"Es complejo trabajar preocupado de la delincuencia, pero hay que hacerlo. Afortunadamente, nunca hemos sufrido un ataque con los niños al interior del recinto, ya que los episodios se registran en las noches o durante los fines de se semana", indicó Ojeda.