Entrado el año 2017, -de las elecciones en noviembre presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales en nuestro país-, comienzan también a intensificarse las aspiraciones y esfuerzos partidarios, por escoger a sus mejores representantes para enfrentar -con optimistas expectativas- la decisión pública en los referidos comicios. Ámbito en el que Puerto Montt y la provincia ya esbozan algunos lineamientos y nombres susceptibles de precandidaturas que podrían entrar a la palestra con opciones de victoria.
Sin embargo, es precisamente este período previo, de afanosos y soñadores aprontes, el tiempo para que los diferentes partidos políticos -luego de una detenida, prolija y acuciosa selección- vayan nominando a sus más prominentes abanderados, damas y varones, con reales posibilidades de ser elegidos. Pero, por sobre todo, -como lo más prioritario-, que se trate de personas de la más honesta trayectoria de servicio público y clara vocación de apoyo al desarrollo integral de las comunidades. Y, de ese modo, evitar comportamientos indecorosos y repudiables, como quedó de manifiesto, entre otros, en el caso regional de los "taxis voladores".
Es preciso tener muy presente, que la ciudadanía, los electores chilenos de hoy en día, ya no soportan esa política contaminada, donde quienes la ejercen se olvidan del bien común y sólo buscan el propio beneficio. Están cansados del engaño, la deshonestidad, el doble estándar, la frivolidad y la falta de convicciones profundas y de un inquebrantable compromiso con el pueblo. Así como también la gente tampoco acepta, a estas alturas, la intolerancia, agresividad, descalificación y vulgaridad del debate en las tribunas comunicacionales.
Las venideras elecciones son la oportunidad propicia para oxigenar la política, renovarla y reencontrarla con el honor de sólo ejercerla por el bien de la Patria y de sus hijos.
De ahí, la enorme importancia partidaria de escoger a lo más selecto -en probidad y competencia- para los comicios del 19 de noviembre de este año.