Crueldades con los animales, tan horrendas como las de aquellos inhumanos que torturaron y mataron a golpes a un perro en un sitio eriazo de Alerce, el reciente 27 de febrero, no deben pasar inadvertidas ni dejar de adquirir la resonancia que ameritan, con la finalidad de que los desalmados autores sean identificados, juzgados y castigados con todo el peso de la ley, conforme a la gravedad de semejante atrocidad. Hecho que fue denunciado oportunamente por la Fundación Albergando un Amigo, junto con impulsar una acción civil contra los hechores, que fueron grabados por cámaras de vigilancia, según algunos testigos.
Llama la atención la ocurrencia de estos irracionales hechos contra los animales, en circunstancias que en todo el país se incrementan cada vez más los movimientos protectores de estas criaturas e intensifican sus permanentes llamados a la población a protegerlas.
Los animalistas puertomontinos, y la comunidad enterada de tanto salvajismo, están anhelantes de que se haga en este caso una justicia rigurosa, que sirva de escarmiento e influya en un cambio de conducta positivo y protector de las mascotas. Claman el endurecimiento de la normativa y sus penas, como factor disuasivo determinante y lógica consecuencia punible para estos actos de sadismo que impactan en la sociedad, especialmente en la niñez, cuya sensibilidad se ve amenazada.
Las organizaciones animalistas han enfatizado que es una tarea urgente la aprehensión de tan crueles malhechores, porque representan un latente peligro social por el daño que pudieran causar a otro ser viviente.
Entretanto, y frente a estos repudiables hechos, el llamado es a cuidar las mascotas, a no abandonarlas; a adoptarlas, cuando se las necesite; a esterilizarlas, para evitar su multiplicación y desamparo. Se reitera que el cambio de mentalidad viene de la toma de conciencia de lo prioritario que es el resguardo animal y de la responsabilidad que implica su tenencia segura y afectuosa, bajo techo, con adecuado alimento y libre del desamparo callejero.