Considerando los graves efectos contaminantes que generan las pilas en el medio ambiente, especialmente en el agua, la Municipalidad de Frutillar implementó (con el apoyo de la empresa eléctrica Saesa) un programa de recolección de este tipo de residuos.
La iniciativa, que comenzó en 2016, se ha enfocado principalmente a establecimientos educacionales y juntas de vecinos, con el propósito de evitar que las pilas en desuso terminen mezclados con la basura domiciliaria o en la vía pública.
"Este es nuestro primer envío, donde se han reunido más de 250 kilos de pilas acumuladas en botellas y contenedores, las que serán dispuesta de forma correcta en un relleno de seguridad, cumpliendo con todos los resguardos necesarios, ya que son un residuo peligroso", señaló el alcalde de Frutillar, Claus Lindemann.
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A su vez, la autoridad comunal agradeció el apoyo de la distribuidora eléctrica, que aportó tres contenedores, más el transporte y la disposición final en un recinto de la empresa Hidronor, en la Región del Bío Bío, e indicó que se mantendrá la iniciativa en Frutillar.
"Nosotros potenciaremos campañas de recolección de pilas en todos los establecimientos de la comuna, sean públicos o particulares, y en especial en las zonas rurales, porque muchas veces estos elementos quedan depositados en los campos, generando un impacto importante tanto en la tierra como en los recursos hídricos; además, tenemos el lago Llanquihue, el que sin duda debemos proteger de forma permanente", dijo.
El primer envío de pilas se concretó como parte de un convenio establecido entre el municipio y Saesa, el cual se enmarca dentro de un programa ambiental que la distribuidora ha desarrollado desde 2011 para la recolección diferenciada de dichos residuos.
"Hemos implementado ya hace seis años este proyecto, colaborando con el depósito final de estos desechos tóxicos, logrando reunir más de 26 toneladas de pilas desde el inicio del programa", sostuvo Alondra Leal, subgerente de Medio Ambiente y Comunidades de Grupo Saesa.