El fin de semana que acaba de pasar ha sido de dolor e importancia en gran parte de nuestro país. Los incendios que han consumido cientos de miles de hectáreas principalmente entre las regiones de Valparaíso y del Biobío nos llevan a lamentar la pérdida de la flora y fauna que allí habita, pero también a cuestionarnos quiénes son los responsables de tal tragedia
Como sabemos, los bosques que año a año se queman en Chile -y vaya que en la Región de Los Lagos sabemos de eso- son de responsabilidad del hombre en la mayoría de los casos. Si no son intencionales son por descuidos o negligencia de los propios seres humanos, inconscientes del daño que provocan. En este caso se debe agregar un factor importante: se habla de tendido eléctrico en desuso que provocaría también el fuego.
Por televisión los chilenos lloran por los terrenos arrasados, cientos y miles de compatriotas acuden al lugar de la emergencia como brigadistas, bomberos, militares, autoridades o simples voluntarios, pero ¿qué pasa con aquellos que provocan todos estos siniestros? ¿Existen las persecuciones y castigos necesarios que impidan o eviten estas situaciones?
Más allá de eso y con la imposibilidad de confiarnos de que los delincuentes que provocan estos incendios cambien o que las empresas eléctricas de todo el país tengan una real propuesta preventiva ¿cómo nos preparamos para evitar que situaciones como las que se viven en Pumanque o Florida se repitan en la Provincia de Llanquihue?
Con experiencias traumáticas en los años anteriores, que nos tuvo con crisis de humo hasta el mes de marzo, hoy por hoy son diversas las medidas que se han implementado para, principalmente, desterrar de nuestros espacios el temido chacay. No obstante lo anterior, es importante entender que esto no es solo tarea de las autoridades, sino que de todos los ciudadanos, cuidando nuestros espacios, evitando hacer fogatas donde no corresponde y velando también porque otros cumplan estas condiciones. Colaboramos proponiendo, pero también denunciando.