Un acontecimiento de repercusión internacional -por la fama de su protagonista-, que no podemos dejar de darle la connotación que merece, es el inicio mañana 23 de enero y hasta el 2 de febrero, de nuevas excavaciones lideradas por el célebre antropólogo Tom Dillehay en Monte Verde de Puerto Montt, escenario del descubrimiento arqueológico más importante del último siglo a nivel mundial. Mediante el cual se comprobó que los primeros asentamientos de civilización humana en América registran sus orígenes en estos confines de la capital de la Región de Los Lagos.
El connotado científico estadounidense, que causó revuelo global con su primer hallazgo junto al estero Chinchihuapi, de vestigios de primigenia vida organizada en este continente de hace 14 mil 500 años, en 1977, y luego, de más de 30 mil años, en 2013, con sus últimas exploraciones, confía esta vez en seguir sorprendiendo al mundo arqueológico con nuevas revolucionarias revelaciones, conforme a lo descubierto hace tan sólo tres años, al dejar entrever una antigüedad aún mayor de las reliquias que han ido apareciendo.
Esta importante actividad de algo más de una semana será posible gracias a una subvención municipal. Y para Puerto Montt es un significativo espaldarazo a los proyectos relacionados con Monte Verde. Entre ellos, y principalmente, el de la construcción en esta ciudad del anhelado Museo, donde preservar los cientos de reliquias encontradas. Una justificada aspiración que no llega a concretarse, por diversas causas. Pero que amerita una pronta resolución. Más aún, si el magno hallazgo puertomontino hace méritos para consolidarse como Patrimonio de la Humanidad.
Y es precisamente esa imperiosa necesidad de desarrollar y valorizar a Monte Verde, de una vez por todas, como el más importante capital patrimonial y turístico de Puerto Montt, la que revive cada vez que nos visita Tom Dillehay, su gran descubridor. A quien tanto debemos en prestigio global y a quien esperamos agradecer indeleblemente, confiriéndole la nacionalidad chilena por gracia.