Cuando prevalece la clara y firme convicción de transformar a Puerto Montt en una ciudad capital eminentemente turística, -conforme a sus características, recursos y vocación orientada en dicho rubro-, lo menos que se puede y debe hacer en ese aspecto es dar todas las facilidades necesarias a los visitantes -con la información básica- para que se desplacen sin contratiempos por la comuna y conozcan y disfruten de sus principales atracciones naturales, históricas, culturales, de costumbres y patrimonios.
Conviene tener muy en cuenta las inquietudes que -sobre este tema- acaban de hacer notar a "El Llanquihue", turistas argentinos que han venido a conocernos y a hacer compras por la conveniencia del cambio. Advierten una escasa oferta turística y carencia promocional de las bondades de esta industria en la capital de la Región de Los Lagos. Revelan que, por lo general, sus consultas no son resueltas y demuestran la ignorancia existente sobre el tema de los destinos y atributos locales. Reiteran que más que encontrar facilidades, para el aprovechamiento turístico de estos viajes, lo que han hallado son dificultades. Una incómoda y hasta ahuyentadora situación, que es prioritario morigerar y erradicar, si los puertomontinos anhelamos distinguirnos por una hospitalidad no sólo cariñosa, sino que, muy especialmente, bien informada acerca de lo que queremos mostrar a nuestros huéspedes.
En la temporada vacacional, sobre todo, es cuando hay que disponer del más pleno funcionamiento del equipo humano, material y técnico del Puerto Montt turístico que deseamos ver en todo su esplendor. Y comenzando por una decisiva mejoría en la oferta y promoción, agilidad en los servicios, seguridad y eficiencia, para acceder a las preferencias del viajero. Incluso, hasta la adecuación de horarios en el comercio tradicional porteño, al servicio de los turistas, es un aporte indispensable que es imperioso implementar.
Todo ésto, sin contar aún con Monte Verde, que también aguarda su integración turística.