Correo
Adiós a doña Elsa Cárdenas
Me informé por este querido Diario, del fallecimiento de la ex funcionaria de la Posta de Cochamó, señora Elsa Cárdenas, viuda de Soto.
Esta digna y sacrificada funcionaria, durante muchos años, estuvo a cargo de la posta de Cochamó; creo que la posta más desabastecida y pobre de Chile, según se comentaba hace muchos años y que había sido construida, y a su costa, por el profesor don Antonio Soto, profesor normalista, egresado de la Escuela Normal de Ancud. Obra que sirvió por muchos años y que fue motivo para conocer el coraje de doña Elsa. Y él, una vez viudo, contrajo nupcias con doña Elsa, de cuyo matrimonio nació su hija Mari, hoy presidenta de la junta de vecinos, y su hijo Víctor, empresario gastronómico.
Tengo grabado en mi mente, cuando un día, llegó un poblador retirado del pueblito a presentar un reclamo, porque la señora Elsa se había ausentado durante tres días de la Posta. Me preocupé y en cuanto volvió a atender la Posta, fui a consultar los motivos del abandono de su cargo (única funcionaria) y me informó que su ausencia se debió a la imperiosa necesidad de atender a un poblador que vivía lejos de la Posta, lo que tuvo que hacer de inmediato, bajo torrencial lluvia, con el único medio a caballo, ya oscureciendo, por sendas sólo a pie o por caballo. Al efecto, subió al caballo que le dispuso el afligido esposo y al poco andar se perdió la visibilidad, sin poder distinguir el largo tramo, debiendo atravesar caudalosos ríos, esteros, que sólo los caballos conocían. La noche hacía temerosa la travesía que debió arriesgar, pero ella fiel a su cargo de salvar vidas y que no podía olvidar su juramento ante Dios, creía que Dios la salvaría de tan arriesgada misión. De amanecida, llegaron a la casa donde desde lejos aún se sentían los gritos de la parturienta, rodeada de sus hijos, todos menores, que permanecieron junto a la cama de su madre, quien ya casi no respiraba. Después de haber lavado sus manos con salmuera y el poquito de alcohol que llevaba, procedió a manipular el parto, logrando salvar a los dos: madre e hijo o hija, no recuerdo bien.
Por esa razón, estuvo tres días ausente. Por el hecho de conocer muy de cerca travesías de ríos, en esa comuna creo que la más pobre de Chile lindo, opté por congratular a esa mujer heroica, donde su función la cumplió por muchos años.
Cochamó, de acuerdo a lo que es nuestro país, era la comuna con menos habitantes. No pasaba de los 5 mil y sin un metro de camino pavimentado, sin luz ni agua potable. Pero, en mis 3 años de Subdelegado, quedó con agua potable provisoria y luz solamente al oscurecer y de amanecida, más el camino desde el Puente Hueñuhueño hasta la ribera del río Petrohué; 4 postas con 2 funcionarios (matrimonios) profesionales; canchas de aterrizaje; aprobadas 3 escuelas internado mixtas. Así, los niños no tenían que asistir diariamente mojados con su misma ropa, además de caminar largas distancias.
Por ello, durante años, atiendo a esos residentes, gratuitamente, de acuerdo a mi formación de ciudadano que amo a mi buen Dios, por haber hecho una modestísima labor administrativa, debiendo dejar mi oficina particular, y hogar feliz, por prestigiar mi Partido Demócrata Cristiano.
HÉCTOR DUHART LAGOS.
Llegada de taxis Uber
Me acabo de enterar de la llegada de los famosos taxis Uber a Puerto Montt, a través del Diario El Llanquihue. La verdad es que he estado al tanto de lo que ocurre en nuestra ciudad con la falta de movilización colectiva y su mala calidad, lo que nosotros -por vivir en Mirasol-, sabemos de esta realidad.
Respecto a la oportunidad que entregan los llamados "taxis piratas", es buena, porque cobran un precio razonable. Algo que pude comprobar hace algunos días, al abordar un taxi con techo amarillo, el tradicional.
Generalmente, llamo por teléfono a una empresa de radiotaxis, por un tema de confianza y el valor del recorrido.
Desde el Mall Costanera hasta Mirasol, el precio es de $3.500 y hace algunos días, por un tema de apuro, salí rápido del supermercado del Mall Costanera y abordé un taxi de techo color amarillo, emplazado a un costado del Mall por la costanera.
Al terminar, mi sorpresa fue gigante, porque que el chofer me cobró $5.000. Le pregunte que por qué tan caro, y me dijo que en realidad la carrera, y de acuerdo al taxímetro, era de $6.000.
Qué sorpresa más desagradable. Son estos taxistas que reclaman por los "piratas" o cualquier otro tipo de transporte, no legalizado, pero más eficiente y barato.
La llegada de Uber a la ciudad será bienvenida, porque sus precios son razonables y el servicio de calidad.
Lo ocurrido hace algunos días en Santiago, donde un supuesto chofer habría estado involucrado en un delito, pienso que es aislado, pues mis familiares en Santiago lo utilizan frecuentemente, por su eficiencia, calidad y precios justos.
RAQUEL GALLARDO V.