Los inmigrantes que convirtieron a Puerto Montt en una ciudad cosmopolita
SOCIEDAD. Cuando la discusión sobre las normas para el arribo de extranjeros está abierta, El Llanquihue intentó conocer las historias tras los rostros que llegan hasta la capital de Los Lagos, los motivos que los impulsaron a realizar largos viajes y cómo son tratados a su llegada a Chile.
Andrés y Paola están a la espera de ser atendidos en la Oficina de Extranjería, en la Gobernación Provincial de Llanquihue. Con 20 años, la pareja de inmigrantes originarios de la ciudad portuaria de Buenaventura, emplazada en el Pacífico colombiano, dejó atrás una de las urbes más violentas de América Latina.
"En Buenaventura hay trabajo, pero también hay mucha violencia. Se vive en una especie de guerra de pandillas, que en el último tiempo ha bajado su intensidad, pero es habitual ver asesinatos en las calles", cuenta Andrés, accediendo a entregar su testimonio sólo si es identificado por su nombre.
Y es que si se intenta explicar la migración que se ha registrado en los últimos años, en el caso de los colombianos, y especialmente de los de Buenaventura, el motivo no sólo es económico, sino que también de seguridad.
Esa es la ciudad de "las casas de pique", donde organizaciones criminales de estructura paramilitar, dedicadas a la extorsión y el narcotráfico, descuartizan vivas a muchas de sus víctimas antes de arrojar los pedazos al agua. Ocurre que la posición geográfica de Buenaventura la ha convertido en el punto estratégico para la salida de la droga al exterior.
"Me vine porque acá estaba mi mamá, llegué de visita pero me fui quedando. Me gustó el ambiente de Puerto Montt porque es tranquilo, aunque me he sentido discriminado. Hay gente que pasa en carro y me grita 'negro' seguido de groserías. Hay veces que uno va caminando y siente que la gente se hace a un lado porque creen que uno les va a robar, o sencillamente dicen 'puta que está oscura la hueá'. Nos discriminan con dichos y actitudes, porque uno es moreno", revela.
En la zona, Andrés consiguió trabajo en una empresa de cueros, pero debió dejarlo tras una riña. "Me atacaron con un cuchillo, y nadie hizo nada. Tras ello a mí y otro chico colombiano nos despidieron y nosotros no fuimos los culpables de la pelea. Menos mal que no pasó nada, porque si ocurría algo mi familia tampoco iba a quedar tranquila", dijo el joven, cuya vida parece estar perseguida por la violencia.
Paola, con 20 años, también de Buenaventura, conoció a Andrés en Puerto Montt. Contó que al igual que su pareja, llegó a la capital de la Región de Los Lagos porque su madre ya vivía acá, en lo que podría ser la llegada de la segunda generación de inmigrantes.
"Me vine por tierra en un viaje muy largo, que duró cerca de 10 días. Salí de Buenaventura para llegar a Cali, luego pasé por Ecuador, Perú, para ingresar a Chile por Arica, llegar a Antofagasta y de allí a Santiago, desde donde me vine a Puerto Montt", cuenta.
Al analizar el recorrido de Paola, se trata de una ruta de más de 7 mil kilómetros que cruza el ecuador bordeando gran parte de la costa pacífica sudamericana.
Residencias y visas
De acuerdo a cifras entregadas por la Gobernación Provincial de Llanquihue, en los últimos 10 años se han entregado mil 32 residencias a inmigrantes colombianos, seguidos de los argentinos con 477 visas otorgadas y de los peruanos con 465. Los ecuatorianos también muestran un importante crecimiento con 223 visas.
Aún cuando indican que el número de visas otorgadas no refleja el número real de extranjeros residentes en la provincia, al menos es un indicio sobre el aumento de su presencia en el territorio.
John Daymer Bedoya lleva 15 años viviendo en Puerto Montt. Conocido como El Paisa (manera en la que se denomina a los originarios de Medellín), fue uno de los primeros inmigrantes colombianos en llegar a Puerto Montt y ha sido testigo del aumento de la llegada de sus compatriotas a los suelos australes.
"Llegué directamente sin vivir en otra ciudad de Chile, porque tenía familiares acá. Ellos me habían hablado de las oportunidades de estudio y trabajo, y no lo pensé mucho y me vine. Cuando yo llegué a Puerto Montt éramos muy poquitos los colombianos, lo que cambió con el paso de los años", cuenta.
Con el arribo de otros compatriotas decidió emprender con un negocio de gastronomía de su país, que permitiera a los chilenos conocer los sabores de Colombia y a los colombianos disfrutar de los platos de su tierra.
"Así fui conociendo mucha más gente colombiana y de Puerto Montt. Si hacemos un estimado de la cantidad de personas de Colombia que vive en la ciudad, creo que hoy son más de 700 documentados, estamos organizados oficialmente como colonia con personalidad jurídica y todo. Nos juntamos, hacemos nuestras reuniones y tenemos varios proyectos para mostrar nuestra cultura de una forma positiva, porque lamentablemente en Puerto Montt tenemos los colombianos una imagen algo negativa, por cosas que han pasado últimamente relacionadas con violencia intrafamiliar, entre otros problemas", explica.
El "Paisa" indica que cerca del 70% de los colombianos que llegan a capital de la Región de Los Lagos ,vienen del lado del Océano Pacífico, que es precisamente donde se ubica Buenaventura y Cali. "Vienen escapando de la violencia, las extorsiones y de los efectos del narcotráfico", aclara.
En cuanto a los motivos por los que se escoge Chile como destino, asegura que es por la buena imagen de nuestro país en el extranjero, especialmente en materia económica.
"Es comparable con lo que se conoció antes como el sueño americano. Muchos llegan con amplias expectativas, la realidad es que hay una economía sólida, pero que los sueldos mínimos son similares a los de Colombia con un costo de vida más alto, y eso afecta a muchos. Yo personalmente jamás he sufrido un percance discriminatorio, pero la discriminación es una realidad principalmente en nuestros compatriotas que son de piel morena", reflexiona Bedoya.
Comercio itinerante
Los motivos de los inmigrantes ecuatorianos que llegan al sur de Chile, son distintos a los de los colombianos.
Principalmente, vienen desarrollando comercio itinerante por distintas ciudades de América Latina. Aníbal, joven proveniente de San Miguel de Ibarra, quien comercializa productos en una feria de la capital regional, explica que "me gusta andar por donde yo quiera. He estado en Concepción, Temuco y Osorno, dedicado al comercio".
Jéssica, quien viene de Otavalo, también se dedica a la venta de productos. " Nos gusta recorrer, mi marido ha viajado mucho, ha estado en México y centroamérica", cuenta.
Esas son algunas de las historias que hoy se pueden encontrar en las calles de un Puerto Montt cosmopolita, que se ha enriquecido culturalmente en los últimos años con la llegada de inmigrantes provenientes de las distintas latitudes de América Latina.