"Pensé retirarme, no podía respirar, pero tuve la motivación para seguir"
Han pasado tres días desde el momento en que el púgil Mirko Manquecoy alzara su cinturón de campeón chileno de la categoría medio mediano.
Y es que el "Tigre" puertomontino, de 25 años, en medio de la alegría por esta histórica victoria conseguida frente al castreño Juan Carlos Alderete, también alcanzó ribetes de dramatismo para el boxeador, que logró destronar al veterano ex campeón en el combate que se llevó a cabo en el gimnasio del Liceo Andrés Bello.
Con las huellas evidentes en su rostro, Manquecoy relató la experiencia que le significó convertirse en el mejor boxeador de los 72 kilos y recibir el apoyo de un millar de personas que lo vitorearon después de la pelea.
En el cuarto asalto, el puertomontino recibió un derechazo del Rocky Chilote que le produjo una fractura en su tabique nasal. "Quedé con la nariz tapada, con mucha sangre y no podía respirar", revela el monarca.
Fue un instante complejo arriba del cuadrilátero, porque hay que tomar una decisión en el mismo momento.
- ¿Pensaste en que todo podía acabar?
- Sí, en el retiro, pero la motivación era seguir hasta el final. No podía fallarles a los que me apoyaron y a mi familia. Me había sacrificado al máximo para este momento, así que continué firme y cuando terminé, fue un alivio y me sentí feliz.
- Le has tomado el peso que tiene este hito para el boxeo de Puerto Montt.
- En realidad, no tenía mayores antecedentes de este hecho. Pensé que Honorio Bórquez lo había logrado antes. Para mí no tiene una importancia especial, aunque sí es un sueño que estoy cumpliendo desde que era muy niño.
- Entonces que es lo que más te deja este título.
- Me pude dar cuenta que puedo seguir dando que hablar en el ring. No estaba al 100% para combatir, me estuve medicando; si esto no hubiera pasado lo hubiera noqueado sin problemas. Me había preparado sin parar durante dos meses y justo tres días antes me enfermo.
¿Y el cinturón?
- Desde que te iniciaste en el boxeo, sufriste las penurias de no contar con un espacio de entrenamiento.
- Hasta el día de hoy entreno en un lugar que no es para el boxeo. Un gimnasio que compartimos con una academia de taekwondo, en la que estamos de "allegados". Lo que tenemos es lo básico ahora, pero agradezco mucho al gimnasio Olympus por lo que nos han facilitado.
Durante años como boxeador me acostumbré a prepararme en sedes sociales con la mínima implementación.
- Alderete, en Castro, afirmó que te pedirá la revancha, en una pelea en la colgará los guantes. ¿Te animas al reto?
- Si él quiere la revancha, estoy dispuesto a defender mi título. Yo trabajo por el boxeo y estoy dispuesto a prepararme para todo compromiso que venga.
- ¿Y qué sucedió con el cinturón?
- Yo sabía que debía entregársela a Alderete. Él me lo vino a pedir en el camarín. Yo necesito de 300 mil pesos para poder adquirirlo, según lo indica la reglamentación. Yo sabía que ese cinturón debía comprarse antes de la pelea y el ganador llevárselo, pero como no hay dinero no se pudo concretar.
- Es inimaginable un campeón sin cinturón. Habrá alguna posibilidad que alguien aporte esos recursos.
- Lamentablemente, la empresa privada no tiene interés en poder ayudarnos. A mí me encantaría poder tenerlo colgadp, que mi familia lo pueda admirar y como un recuerdo para saber que soy el campeón.
- Tienes claro la planificación para estos meses.
- Primero, tengo que recuperarme. El 23 vuelvo al trabajo, donde laboro como buzo de una empresa ligada a la salmonicultura. Por el momento, sólo tendría algunas peleas amistosas y no tengo presupuestado defender la corona, pero las puertas están abiertas para quien quiera retarme.
Aprovecho de agradecer a mucha gente, comenzando por el presidente de la Asociación de Boxeo, Juan Oyarzo; Juan Reyes, de la Comisión de Boxeo Profesional; a Patricio González y a los directivos de la sede de la Villa Olímpica y a todos los que han estado conmigo.