Lo acontecido en estas elecciones municipales para elegir alcaldes y concejales y a la luz de los resultados obtenidos, indica claramente a través de la altísima abstención electoral y de la bajísima participación ciudadana, un reproche ciudadano y un voto castigo hacia la política, la manera de hacer política, hacia el sistema político y del sistema de gobierno del país. Algo que, por lo demás, incluye directamente a la clase política y a las instituciones políticas cuya percepción ciudadana hacia ellas se encontraba por el suelo antes de estas elecciones, siendo además condimentadas, por una serie de destapes de corrupción política de los dos últimos años.
Los resultados amenazan la proyección política y electoral de la Nueva Mayoría y de sus partidos integrantes, queda una gran tarea hacia este bloque gobernante porque los datos y resultados no fueron favorables ni a nivel nacional, regional y menos a nivel provincial donde el PS fue el gran perdedor, después de haber sido el partido más exitoso en las municipales pasadas ahora se convierte en la gran debacle electoral, se perdió Frutillar con el ex alcalde Ramón Espinoza, no se ganó Fresia con Bernardo Espinoza -tío del diputado Fidel Espinoza-, y no se ganó Puerto Varas con Leonhardt. En Puerto Montt la encuesta de la ULagos y El Llanquihue acertó de manera precisa y convierte al reelecto alcalde Gervoy Paredes en el gran salvador del PS a nivel local y provincial, pero con una abstención histórica en la comuna.
La DC saca cuentas más alegres porque mantuvo prácticamente a la totalidad de los alcaldes que iban a la reelección, la DC queda en un mejor estrado que el PS al interior de la Nueva Mayoría. El PRO de ME-O desaparece sin opción alguna de pelear las presidenciales y, por otro lado, el bloque del Chile Vamos emerge como una fuerza amenazante hacia el gobierno actual, porque siempre los resultados de las municipales han sido un buen predictor de las presidenciales. A esto hay que agregar la fuerza de candidaturas independientes aliadas tanto de la Derecha como de la Nueva Mayoría, todo esto contemplando una abstención electoral nunca antes vista desde la recuperación de la democracia que hacen prever un escenario de alta incertidumbre de cara a las próximas presidenciales.
Uno de los principales efectos que producen resultados como estos, con una alta abstención y disminución de votación de los partidos y bloques oficialistas a través del menú de candidaturas, es lo que se denomina "crisis de legitimidad y de representación" producido por los errores propios de quien gobierna y por las ventanas de oportunidades políticas que se generan, por ejemplo, a través de vacíos de poder y donde, en casos como el nuestro, la democracia se ve superada por el excesivo protagonismo de los partidos políticos que a fin de cuentas son los que gobiernan a través de lo que se denomina "partidocracia". El futuro político es más de incertidumbre y de lejanía ciudadana que de certezas y proyecciones concretas a la luz de estas municipales 2016.
Finalmente esta especie de desmarque político y ciudadano pone luz roja a la conducción política del país, hay un pronunciamiento contra-élite, es decir un repudio generalizado de indiferencia y apatía política nunca antes vista desde la recuperación de la democracia que pone el acento en repensar la manera de cómo se hace y cómo se ejerce la política, los partidos. Dirigentes y actores directos deben modernizar las estructuras, la democracia interna y las propias malas prácticas de los partidos porque así como están van directamente al despeñadero. Lo que sí se aprecia en el horizonte y a la luz de estos resultados, es una reacción política "antibloque" o el acercamiento de las simpatías ciudadanas hacia fuerzas políticas y candidaturas rupturistas y no convencionales como se han visto hasta ahora. Urge una reingeniería completa hacia el sistema político imperante en el país y una nueva forma de hacer política que vaya en sintonía con las preferencias ciudadanas que hoy demuestran un completo y total divorcio y que no contribuye a mejorar la calidad de nuestra democracia.
Gerardo González
Doctor en Ciencia Política. U. Salamanca.
Académico ULagos.
Uno de los aspectos importantes de la elección el día de ayer, fue observar el cara a cara del voto contra la desconfianza y el financiamiento irregular de la política. En esta oportunidad, el voto no ha salido triunfante. El nivel de abstención a nivel nacional, regional y comunal, son tan elevados que ponen en cuestión la legitimidad de quienes han salido electos. Tanto la coalición de oposición como la gobernante, debieran acusar recibo de la tozuda posición centralista de no realizar primarias tan sentidas por la ciudadanía.
En efecto, la abstención fue la figura principal en la jornada de elección donde votaron 1 de cada 3 chilenos. En particular, para el caso de la capital regional de Los Lagos, en esta oportunidad votó sólo el 84% del total de electores respecto de los que asistieron en la última elección municipal el año 2012. Y un mayor detalle nos indica que, el alcalde electo de Puerto Montt, obtuvo 446 votos más que en su primera elección; vale decir que aumentó en un 2% su votación. Es difícil comprender, en el caso de Puerto Montt, cómo un alcalde que lleva 4 años en ejercicio pueda subir en tan poco su votación.
En tal sentido, los resultados obtenidos nos muestran que los cambios que vive el mundo político en nuestro país, están en pleno proceso. En efecto, cabe la sensación que tanto los partidos como candidatos no han podido leer del todo que la ciudadanía está demandando otros modos de hacer política. En consecuencia, hay que hacerse cargo del desafío enorme que significa volver a formar a la ciudadanía y que pueda comprender, más pronto que tarde, que debemos conformar una democracia realmente representativa; porque eso no está sucediendo.
La abstención y la pega mal hecha de políticos que llevan años gobernando, responsables directos del desprestigio y desafección de la ciudadanía con la política, son los causantes principales que los cuadros políticos hoy se hayan modificado. Pero todo tiene una oportunidad. En este escenario, es una buena noticia que ingresen actores políticos nuevos en distintas comunas, de quienes esperamos con ansias la puesta en marcha de su accionar. A todos quienes comienzan un nuevo camino de lo público por medio de una elección popular, sólo pedirles que puedan interpretar de mejor manera lo que la ciudadanía demanda y den el giro que se necesita en el mundo político.
En lo personal conozco a varios de quienes integrarán el nuevo concejo municipal de la capital regional. En ustedes existe experiencia y capacidad que el concejo requiere, y no me cabe duda que le imprimirán mayor profesionalismo y sentido de lo colectivo que permita hacer de esta ciudad, una mejor ciudad para todos. Eso es lo que necesitamos. Confiamos en que ustedes son el inicio de un nuevo camino que debe ir profundizándose en el futuro.
Tal como lo señale el día de ayer, el escenario político de hoy necesita sincera responsabilidad de lo que se dice y se hace. La abstención plantea con mayor fuerza esta necesidad… pero me queda la sensación, que esto es tarea de todos. Espero que esta elección, sea el comienzo de un nuevo rumbo que el país, la región y la comuna necesita: no más abstención, mayor participación.
Claudio Pérez Barros Analista político y consultor.