Persiste latente preocupación, frente a los excesos en el consumo de bebidas alcohólicas y sus trágicas consecuencias de accidentabilidad, que recrudecen, sobre todo, durante las jornadas de las celebraciones patrias en la región y el país -de acuerdo a lo que registran las estadísticas-, como lo han expresado recientemente las autoridades del SENDA (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol).
Los 455 accidentes de tránsito, asociados a la ingesta de alcohol, habidos el año pasado -en nuestra región-, en los cuales perdieron la vida 17 personas, grafican y justifican certeramente la fuerte inquietud -sobre el tema- de las autoridades y servicios policiales. Los cuales se han visto en la imperiosa necesidad de redoblar sus campañas preventivas, a medida que se acercan las fechas conmemorativas de un nuevo aniversario del país.
El perentorio llamado a la población, fundamentalmente, es a no consumir alcohol si se va a ejercer conducción vehicular y a quienes no manejen, que celebren de manera mesurada y prudente, y en lo posible en familia. Que haya una mentalidad festiva y alegre, pero sin excesos. Respetuosa de los demás. Cálida, ferviente, amorosa, en el núcleo familiar. Y particularmente responsable, a la hora de movilizarse, ya sea en el transporte vehicular o como simple peatón. Hay pleno convencimiento que los accidentes son el mayor riesgo, cuando se trata celebraciones patrióticas, por los excesos alcohólicos que se cometen y que resultan innecesarios si se tiene conciencia de los trágicos resultados de una actuación descontrolada. Lo que también vale para todos los días del año, porque el alcoholismo es una lacra que daña gravemente a la sociedad.
Nadie quiere festejos dieciocheros suicidas o criminales. Todos somos imprescindibles para continuar laborando -con salud y vida después de las fiestas- por el bien de los nuestros y el país.
Dentro de este marco preventivo, se incrementarán las fiscalizaciones carreteras y en vías urbanas, a fin de asegurar un tránsito normal y libre de alcohol. Y así garantizar celebraciones felices, con familias confiadas en un buen futuro de Chile y con todos sus integrantes saludables y optimistas.