No puede ser menos que una bendición especial que -por la necesidad de apertura de un camino para movilizar la maquinaria para la instalación de la nueva Cruz en Tenglo, gran símbolo de la cristiandad- esto surja como el inicio de lo que debería ser el despegue turístico de la cercana isla y también como una suerte de premio a la perseverancia del Diario El Llanquihue, para hacer de Tenglo algún día el complejo turístico trascendental que los puertomontinos y visitantes se merecen, usando precisamente esta ruta precursora como un hito en la movilidad y dinámica insular.
Rememorando que la antigua cruz ya se había convertido en el faro de nuestros marinos y en arraigada compañía espiritual de residentes, avecindados y turistas, puede concluirse que lo escrito recientemente en nuestro matutino por el historiador regional Rudy Carrasco ("La Cruz de Tenglo: pasado, presente y futuro") resulta muy certero en cuanto al tema. Anota: "Los constructores de la cruz, sin saberlo probablemente, están dando continuidad a lo que fue una tradición centenaria de los habitantes de la zona, en cuanto a marcar un símbolo cristiano en determinados puntos geográficos del territorio que circunda el seno del Reloncaví. Por ejemplo, los hacheros que explotaban el alerce marcaban la entrada al monte con una gran cruz de madera, instalándola en un lugar visible como señal, cual faro que guía a los navegantes".
En el marco del sueño integrador de Tenglo al progreso y a la industria turística, no puede dejar de ocupar una mención especial el generoso y visionario proyecto del ingeniero puertomontino René Fischmann, incluyendo un puente, parques, área universitaria y equipamiento recreativo, junto a marinas y otros recursos en sus riberas. Interesante propuesta que no pasó de los aplausos, antes de caer al canasto de los desechos olvidados.
Tampoco fue escuchada la voz de otro hijo ilustre de este noble terruño -Salvador Zurita Mella, profesor, escritor y poeta-, quien por los años 40 sugería la instalación de un puente levadizo que conectase Angelmó con la isla y así transformarla en un gran centro universitario para la juventud del sur. Anhelo que se cumplió, pero no en Tenglo. Y así....