Con la profunda convicción de estar ejerciendo una de las más nobles profesiones, al servicio de la superación humana y del desarrollo de la patria, ayer -11 de julio- los periodistas rememoramos la promulgación de la Ley 12.045, que creó el Colegio de Periodistas de Chile, publicada en esa fecha de 1956 en el Diario Oficial y mediante la cual nacían un Colegio Nacional y Colegios Regionales, estando en Osorno en ese entonces el Colegio Regional Sur, con jurisdicción desde Valdivia a Magallanes.
Junto con modernizarse y fortalecer su organización, la Orden periodística sigue hoy esgrimiendo sus inquebrantables principios éticos hondamente identificados con el servicio a la verdad y a Chile. Por un periodismo que informa del acontecer cotidiano, pero que también no deja de velar porque los compromisos con el progreso del país se cumplan, estando el periodista siempre consciente de la responsabilidad que implica aportar a una sociedad verazmente informada, como igualmente de la delicada misión el ser custodios de las más nobles virtudes morales ciudadanas y constructivos impulsores del desarrollo integral.
Son estos altos e insignes ideales los que han inspirado, desde los tiempos de Fray Camilo Henríquez y su Aurora de Chile, el quehacer de los hombres y mujeres chilenos que han consagrado sus vidas a una de las profesiones más riesgosas e incomprendidas -pero impresionantemente influyentes en el devenir de los pueblos- : el Periodismo.
Para los periodistas, siempre será nuestra razón de ser la noticia y su principal protagonista que es el ser humano. Por cuyo bien, se debe actuar mediante la investigación y la denuncia oportuna; estimular y destacar los ejemplos que engrandecen a la humanidad; difundir el virtuosismo de los grandes hombres y mujeres digno de emularse; respaldar todo aquello que ennoblece y dignifica a la comunidad y sus integrantes. Y así como también combatir -con el mayor denuedo- toda lacra que ose contaminar ese entramado social, en su salud, armonía y tranquilidad.
Por ello es que la libertad de expresión es clave y fundamental -un derecho inalienable- en la existencia del Periodismo, pues sólo así podrá cumplir su deber de iluminar a la patria con la verdad y el bien.