En nuestro medio, entre las cuatro colinas del cotidiano devenir puertomontino, no dejan de llamar la atención ciertos detalles de identidad localista, donde quedamos en deuda o en estado de confusión, especialmente en los ámbitos deportivos.
Por ejemplo, en el uniforme del plantel de jugadores de Deportes Puerto Montt, club que representa a una ciudad netamente portuaria y marítima por donde se le mire, no figura -para nada- el color azul, que es representativo de nuestro mar. Aunque sí, el verde que identifica a nuestros campos y las ciudades mediterráneas. Lo que no somos y desubica en el contexto de urbe marina y oceánica. Por lo tanto, el azul, por lógica y sentido común, debería predominar en las tricotas de nuestra institución futbolística y en otras vestimentas emblemáticas de disciplinas deportivas representativas de Puerto Montt. Y, por cierto, acompañado del color blanco, que honra el albor de los hermosos volcanes que tanto embellecen el paisaje nuestro circundante. Como tampoco se debe olvidar llevar en esas vestimentas del deporte, la histórica y típica lancha chilota, el principal sello de Puerto Montt desde sus albores a los ojos del mundo, pintada por afamados artistas plásticos que la hicieron navegar por los siete mares del globo en sus inspirados cuadros. Y que hasta el día de hoy se rescatan como un venerable testimonio histórico de los orígenes del puerto ahora capital regional.
En el básquetbol nuestro también se producen situaciones que suelen desorientar y hasta ahuyentar al público, como denominar a los clubes con siglas (por ejemplo: CEB de Puerto Montt y CDSC de Puerto Varas; Club Escuela de Básquetbol, el primero, y Club Deportivo Social y Cultural, el segundo). ¿No habrá forma de simplificar y localizar mejor esos nombres de clubes? Y así sean más fáciles de retener, repetir, aclamar, vitorear, por la hinchada. Y de mencionar, por los relatores deportivos en la radio o televisión. En sus buenos tiempos, San Javier (los "pumas") en esta ciudad y el "Monstruo del Lago" en Puerto Varas, hicieron historia y jugaban a gimnasios llenos y vibrantes.
Son pequeños detalles, pero influyentes a la hora de integrar al público a las causas deportivas.