El veto como única alternativa
"Las posturas ideológicas de la derecha pusieron freno a la reforma laboral..."
Durante 15 días, los trabajadores de un supermercado estuvieron en huelga, negociando con la empresa para conseguir mejores beneficios. Más de 400 empleados paralizaron la atención, sufrieron desgaste y, pese a todos los esfuerzos, bajaron la huelga con mínimos avances, aceptando la mejor de las peores ofertas. Por trabajadores como ellos es que hemos luchado por sacar adelante una Reforma Laboral que equilibre las relaciones, sin embargo, nuestros esfuerzos se vieron truncados producto de posturas ideológicas de la derecha que pusieron un freno a la reforma, presentando un requerimiento al Tribunal Constitucional, para no avanzar en aspectos tan importantes como la titularidad sindical.
Tras el fallo, que acogió la postura de la oposición- que lo grave es que lleva el individualismo patológico que hoy vive nuestra sociedad al ámbito laboral- el Gobierno utilizó los mecanismos a su alcance y optó por el veto, porque de alguna u otra manera, sintió que el principio rector que estaba detrás, que era equilibrar las relaciones y fortalecer los derechos colectivos de los trabajadores, se veía gravemente afectado si no existía la titularidad sindical. Apoyé esta decisión, pues había que actuar de manera razonable, pertinente y coherente. Razonable, porque lo que buscamos era que efectivamente este proyecto de ley con titularidad sindical, significara un cambio importante en las relaciones laborales. Pertinente, pues si queremos dar señales de tranquilidad a los actores productivos, tenemos que promulgar la ley y luego hacer los perfeccionamientos necesarios, si amerita. Y coherentes, porque si efectivamente queremos avanzar en adaptabilidad, para que del Código Laboral en aspectos tan importantes como la jornada laboral, las horas extraordinarias, la jornada pasiva, puedan ser acuerdo en pacto de adaptabilidad, necesitamos sindicatos fuertes y no meros grupos negociadores que tal como nacen, mueren, Queríamos titularidad sindical, pero hay avances que son significativos, porque se garantiza la huelga efectiva, se acaba el reemplazo, se entrega más información para la toma de decisiones, entre otras. Son todos avances importantes, pero no es el ideal. Recordemos que la OIT ha criticado la legislación chilena en dos grandes ámbitos: uno era el tema de la huelga efectiva, que ahora se resolvió, pero el otro problema es la coexistencia de grupos negociadores con sindicatos. Eso va a quedar igual o peor porque los grupos negociadores han sido relevados al mismo nivel de los sindicatos.
Diputado de la República. Región de Los Lagos.
Patricio Vallespín López.