Educación
Al parecer, Chile está entrampado en una discusión bastante difícil de llegar a un buen puerto, como diría un marino. En Chile, todos y cada uno, tenemos distintas visiones de la realidad y del país que queremos. Creo que nadie es dueño de la verdad, ni nadie puede tratar de imponer a otros sus ideas, que son personales e individuales. En este contexto, tenemos que ser capaces como país, de consensuar distintas visiones, tomando las que mejor responden a las necesidades e intereses de nuestra patria. Queremos un Chile mejor, más justo, más humano, más desarrollado. Que mejor para conseguir todo esto, que pensar en un proceso educacional capaz de llegar a todos los chilenos, sin discriminación de ninguna especie. En ese sentido, el día que el hijo de un obrero ingrese como cadete a la Escuela Militar, entonces podremos decir que tenemos un Chile democrático, más justo y más humano, con una educación pública de calidad que llegue a todos los chilenos sin excepción y los beneficie. En este sentido queremos una sola educación pública, sin distinciones si la imparten las universidades, CFT, institutos de educación superior o escuelas dependientes de las Fuerzas Armadas. Cualquier discriminación al respecto, significa un grave atentado al sistema democrático, que deseamos se instale en Chile, como una forma de vida permanente, que se cultive desde la más tierna edad.
Sin embargo coexiste otra visión, que tiene que ver con la educación privada y pagada. Me parece que es válida esta opción para quienes apuesten por esta alternativa. No podemos imponerle a nadie ningún tipo de educación. Esta decisión debe ser absolutamente libre para cada uno. Lo que sí debemos tener claro, es que la educación pública debe ser gratuita y de la mejor calidad, de manera que los egresados de ambas modalidades puedan competir libremente por el mercado laboral.
Francisco Almonacid González
Aborto
El aborto es el sentimiento más egoísta que puede tener un ser humano. A mí me trataron de abortar cuando yo tenía seis meses de gestación, y el aborto no resultó. Sobreviví a ese intento de asesinato y quedé con parálisis cerebral, por lo que necesito apoyo para poder caminar, y también tengo problemas en la motricidad fina.
Mi madre biológica me abandonó en el hospital, ahí estuve en incubadora varios meses, y luego viví en Coanil, en donde me adoptaron mis papás. Gracias a su cariño y cuidados pude salir adelante, y hoy soy profesional, estoy casada y tengo una hermosa hija. Quizás yo hubiese tenido una vida más fácil, con menos dolores, disfrutando mi hija de otra manera, si no hubiesen tratado de abortarme. A mí me privaron de muchas cosas por causa del aborto y siento lástima por mi mamá biológica. Me imagino que ella debe sufrir por lo que pasó conmigo porque, lo que no se le dice a la madre es que el aborto a veces no resulta… y aquí estoy, viva y con secuelas de este aborto.
Se habla de los derechos de las mujeres, del derecho a elegir sobre tu cuerpo. ¡Pero no se trata de los derechos de la mujer sino de los que viene en camino! De los míos, también mujer, que me arrebataron hasta dejarme inválida.
Estoy totalmente en contra de aborto. Mi familia es mi mayor tesoro y defiendo la vida en toda circunstancia.
Gabriela Massiel Moreno
Conflicto en el Hospital
Hoy nos vemos envueltos en un conflicto en nuestro hospital, cuyas raíces posiblemente estén en el desconocimiento y hasta cierto punto en el control y manejo del poder, como también en la negación a incorporar nuevas formas de gestión a nivel Hospitalario. La enfermería es una profesión autónoma e independiente de los otros profesionales de la salud, que para muchas personas puede ser visualizada como de dependencia médica, no lo es en absoluto. La enfermería cuenta con un saber propio que se fundamenta en el cuidado de las personas, muy lejano al conocimiento médico que se sustenta en la enfermedad, en su diagnóstico y tratamiento. Como se señala habitualmente, la medicina cura, la enfermería cuida.
El director del Hospital base, a quien conozco y por ello me sorprende su actitud, ha querido eliminar una unidad que tiene respaldo legal y técnico, como es la subdirección de gestión del cuidado a cargo de una profesional de enfermería. Ello de forma arbitraria, sin información previa ni respaldo técnico ni jurídico. El director ha desvalorizado el aporte que una profesión como lo es la enfermería entrega en el ámbito hospitalario, que es esencial para la pronta recuperación de los enfermos y forma parte del trabajo integrado de un equipo interdisciplinario. Y además, quiere subordinar el quehacer propio de la enfermería al ámbito de la medicina, como si el diagnóstico y tratamiento fueran las únicas variables que influyen en el proceso de salud y enfermedad.
Óscar Soto Fernández