Entre tanta adversidad y cosas negativas, que se han ido acumulando en el último tiempo en nuestro medio, incluidas sus duras secuelas, -desde erupciones volcánicas, falta de lluvias, invasión de algas venenosas en el mar, el trágico fallecimiento de cultoras del remo, entre otros, como la frustración de ascender a la primera división del fútbol profesional habiendo estado a punto de lograrlo, resulta bastante difícil recuperar el alicaído estado de ánimo causado por esos contratiempos y escollos, y transformarlo en una condición anímica optimista y edificante. Pero, hay que hacerlo. Con bríos, mística, perseverancia, entrega y trabajo. Con fe. Mucha fe.
Afortunadamente, en medio de estos nubarrones que oscurecen el cotidiano caminar, surgen rayos luminosos que presagian tiempos mejores y propicias oportunidades de superación para puertomontinos y sureños.
Así, por ejemplo, con la llegada de los rigores del invierno y sus bajas temperaturas, comienza ya a evidenciarse una paulatina retirada del fenómeno de la Marea Roja del entorno marítimo de nuestras costas y de lo cual darán cuenta fehaciente los próximos resultados del análisis de las muestras recogidas en situ, hace poco, por un prominente equipo científico. Lo que de ser positivo, significará el restablecimiento de la normal productividad, trabajo y comercio en el rubro afectado por este flagelo marino que tanto padecer ha causado en cientos de familias dependientes de esas actividades.
No hay que olvidar, igualmente, que Angelmó, cuya gente ha sido sometida a una crítica situación económica por el tema de la contaminación marina, en el corto plazo será definitivamente remodelado y ampliado. Y así podrá estar -justicieramente- a la altura de los grandes patrimonios distintivos de Puerto Montt, capital de la Región de Los Lagos.
Por su parte, el club deportivo local que milita en el fútbol profesional, tendrá de nuevo la oportunidad de batallar por el ascenso a primera división, bajo la conducción del mismo entrenador -Erwin Durán- que llevó a Puertogol a la primera B y que luego estuvo a punto de ascender, tras una brillante campaña que honra y siempre se recordará.
A mal tiempo buena cara. Y sol de esperanza.