Nuevo sistema de nacional de emergencias
"Así como los marinos chilenos fueron ejemplo valeroso, esa misma mística bulló entre los puertomontinos para superarse de la tragedia sísmica y seguro así será ante nuevos desafíos" "La responsabilidad descansa sobre toda la estructura del Estado y no sobre un órgano en especial"
En Chile, cada cierto tiempo, ocurren catástrofes. Prevenirlas cuando es posible, reaccionar de manera oportuna ante ellas y reconstruir eficientemente los territorios afectados es un imperativo que presenta diversas exigencias. Por eso resulta tan importante revisar y modernizar la estructura que el Estado y la sociedad se han dado para asumir esta responsabilidad. Esta tarea no puede ser postergada. Disponer a todos -individuos, comunidades y al propio Estado- en una actitud preventiva, con una planificación que incorpore la variable de la gestión de riesgos en todos los ámbitos nos permitirá evitar o mitigar daños a personas e infraestructura, que muchas veces afectan por largos períodos a nuestras comunidades. Chile se viene preparando desde hace bastante tiempo en esta materia. No estamos partiendo de cero, pero el proyecto que establece el Sistema Nacional de Emergencia y Protección Civil y crea la Agencia Nacional de Protección Civil -aprobado en general hace pocos días por el Senado- debe permitirnos dar un salto en nuestras capacidades y competencias. Sus principales méritos son incorporar una perspectiva sistémica, donde quedan claramente definidas tanto las estructuras como los instrumentos de gestión, sean de carácter general o sectorial, desde el nivel comunal hasta el provincial, regional y nacional. A su vez, quedan determinadas las instancias decisorias, operativas y consultivas del sistema. La responsabilidad, entonces, descansa sobre toda la estructura del Estado y no sobre un órgano en particular. El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias que se crea está llamado, no a concentrar las competencias, sino a promover la incorporación de todos en esta tarea, a sintetizar las mejores experiencias nacionales e internacionales, a ayudar a que todos los organismos y comunidades estén mejor preparados, y a conseguir que las respuestas sean lo más eficaces, oportunas y eficientes posibles. Una de las materias que debiera ser profundizada se refiere al rol del sector privado y de las personas ante las calamidades. No podemos depender solo de la acción del Estado frente a estas contingencias. El rol del voluntariado -Bomberos, Cruz Roja y otras instituciones de la sociedad- debe ser igualmente considerado y relevado.
Y también debemos revisar las obligaciones de las empresas para con sus trabajadores y su entorno, particularmente cuando están a cargo de proveer bienes y servicios básicos a toda la comunidad.
Rabindranath Quinteros Lara. Senador de la República. Región de Los Lagos.