Franz: "Me gusta escribir sobre mis propias experiencias"
LIBROS. El chileno ganador de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, habla de "Si te vieras con mis ojos".
Dos décadas han transcurrido desde que el chileno Carlos Franz pensó por primera vez que quería escribir una novela sobre el amor, tema que no había abordado hasta ahora en su obra que además de novelas hay cuentos y ensayos.
"Si te vieras con mis ojos" es el resultado de esa idea, una novela que por estos días estrena su segunda edición, y que hace un mes resultó ganadora del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.
Y en el que es su primer acercamiento literario al amor, Franz asegura en entrevista con Efe que no quiere teorizar sobre el amor, "la única manera que tiene un novelista de teorizar es mediante su ficción", dice.
Más bien buscó en su propia vida elementos para construir este relato sobre un histórico encuentro entre el pintor alemán Mauricio Rugendas, la escritora chilena Carmen Arriagada y el científico inglés Charles Darwin.
"Me gusta escribir sobre mis propias experiencias. No hago ficción autobiográfica, pero sí me gusta estar motivado por lo que a mí realmente me importa", revela.
Y continúa: "No me gusta escribir simplemente para demostrar que tengo habilidades narrativas. Tenía cierta urgencia por contar algo de mi experiencia amorosa, pero quería hacerlo de forma disfrazada, enmascarada".
Cuenta que su madre le recomendó leer la biografía del pintor viajero Johann Moritz Rugendas, un alemán que en su recorrido por Sudamérica llegó a Valparaíso a mediados del siglo XIX. Ahí conoce a Carmen Arriagada, una mujer "brillante, ilustrada e indomable", casada con un militar mucho mayor que ella incapacitado para el ejercicio amatorio. Profundamente enamorado, acepta el triángulo en el que se ha convertido su matrimonio.
A ese trío se suma Darwin, en una novela en la que "lo histórico está al servicio de la ficción, y no al revés", según el mismo Franz.
Entre la razón del naturalista y la pasión del artista se interpone una mujer, Carmen, "una especie de Madame Bovary del fin del mundo", describe el autor.
Para él, no se trata de una novela histórica, sino de una historia de amor en un contexto histórico determinado. "Ocurre en el siglo XIX como podría ocurrir en el XXII. Son temas eternos. La noción romántica del amor está todavía viva. Para mal y para bien", destaca.