La calidad de vida de los estudiantes al interior de la sala de clases, es uno de los factores que cada vez más preocupa a las familias a la hora de buscar un colegio. Si bien en la década pasada el puntaje en las pruebas del Simce (Sistema de Medición de Calidad de la Educación) era un factor determinante, actualmente se complementa con elementos como la convivencia escolar.
"Hoy los padres ya no sólo preguntan por el desempeño académico, sino que también por la convivencia escolar y de qué manera se resuelven los conflictos. Este es un tema que cobra importancia los últimos cuatro años, una vez que nuestra sociedad visualiza el tema del bullying", explica el profesor Luis Águila, quien por más de una década ha dirigido varios planteles privados de Puerto Montt y que hoy lidera el Colegio Patagonia. Precisamente, desde hace dos años, la Agencia de Calidad de la Educación realiza (junto al Simce) realiza una evaluación de cuatro indicadores de desarrollo social y personal, que consideran la autoestima académica y motivación escolar, la participación y formación ciudadana, los hábitos de vida saludable y el clima de convivencia escolar.
Docentes, directivos y especialistas coinciden en que los factores para generar un ambiente adecuado en los establecimientos educacionales son múltiples, aunque destacan la importancia del respeto mutuo y el desarrollo actividades complementarias al área académica de los estudiantes.
Beneficios del deporte
Milton Silva, director del colegio Green College de Frutillar, plantel subvencionado que lidera con en los resultados del índice de convivencia escolar del Simce, destaca la función integradora del deporte.
"En nuestras actividades deportivas participan alumnos, docentes y nuestros apoderados. Esto facilita que las familias se conozcan más allá del contacto meramente educativo", dijo.
A ello se agrega el trabajo de un equipo psicocial, compuesto por una psicóloga, una asistente social, la encargada de convivencia y liderado por el mismo director, que organiza talleres de distintas disciplinas, tanto pedagógicos, recreativos y de convivencia, que mejora la interacción entre sus 220 estudiantes y los apoderados.
Una estrategia similar es la que utiliza la Escuela España de Puerto Montt, que combina los buenos resultados académicos con buen clima en sus aulas.
Su director, el profesor Alberto Riffo, explica que al igual que los otros planteles públicos trabajan con un comité de seguridad y convivencia escolar, además de un equipo psicosicial, pero lo que a su juicio lo que hace la diferencia es la amplia oferta de actividades.
"Tenemos 740 alumnas y mas de 500 participan en uno de los 18 talleres artísticos y deportivos que tenemos en la Escuela, que van desde las danzas españolas hasta natación. Nuestras estudiantes quieren ser parte de su establecimiento, y eso implica respetar a las otras alumnas", indica Riffo.
Rodrigo Barrientos, docente de la Escuela Kimún Lahual de Alerce y licenciado en Educación, Familia y Comunidad, de la Universidad de Playa Ancha, tiene una visión diferente.
"Hoy la escuela debiera cumplir dos funciones: la instructiva y la formativa. La instructiva se aborda desde los contenidos, pero en la formativa hay tropiezos, porque la interpretación de las nuevas políticas de inclusión, impiden establecer normas de convivencia y disciplina", explica.