Ediles antiguos
Antes que nada, quisiera dejar bien en claro que lo que quiero transmitir corresponde a los recuerdos de un niño, cuyo padre Ricardo Hitschfeld Loebel, fue un político apasionado. Siendo el hijo menor, fui el único de la "camada" que lo tomaba en serio. Lo acompañaba en sus correrías políticas: por ejemplo, en los comités que se hacían en aquel entonces en diversos lugares de Puerto Varas. Teniendo un especial recuerdo del comité de la Sra. a la cual le decían "La Pancha Grande" en la calle Colón.
Asimismo, sus disquisiciones políticas me dejaban pensando, muchas veces sin entender a cabalidad. Pero teniendo una seguridad visceral sobre lo que para él significaban el bien y el progreso de la ciudad. Estos tenían un lugar preponderante dentro de sus prioridades. Quizás extremadamente preponderante, porque eran fuente de conflicto con mi madre.
Recuerdo nítidamente las discusiones caseras. Mi madre regañando enardecidamente porque mi padre gastaba mucho dinero en cosas que no eran para la familia, sino que para la sociedad en general, afectando el patrimonio familiar. La frase que tengo más grabada es: "¡Ricardo si te postulas a candidato a diputado, me separo de ti!". Así nunca fue candidato, pero al aspirante que apoyaba salía electo. Posteriormente, los recriminaba acremente porque no cumplían con las expectativas. Recuerdo al ex diputado Irarrázabal, ya anciano, haberme dicho: "Qué manera de haberme tratado mal tu padre". Por su parte el ex senador Ochagavía también se expresó con respecto a él en términos similares. No recuerdo que mi padre se haya referido, ya sea de los miembros de su propio partido o de sus contrincantes políticos, como "buscadores de fortuna". Pero discrepaba, más de una vez, con las decisiones que tomaban por considerarlas inadecuadas para la ciudad. De igual forma muchos de sus proyectos también fueron bloqueados. Impresiona, por lo menos a nivel local, que antiguamente no existía aquello de la corrupción política, en el sentido de aprovechar el poder para beneficio material y personal. Más bien, era al revés. Era un mal negocio ser regidor (como se les denominaba a los concejales) o alcalde. Ni siquiera había dieta o sueldo, era tan sólo una presunta jubilación, que la inflación la dejaba en cero.
Los puertovarinos antiguos podrán recordar al ex diputado Evaldo Klein, que prácticamente murió en la pobreza. Afectado de un cáncer terminal, nos dijo a los médicos: "¡Déjenme morir tranquilo! ¡Jamás le hecho un mal a nadie!".
Un antiguo estadista dijo una vez: "Aquel que usa el poder para beneficio de su pueblo, con resultados positivos, obtiene una gratificación personal inconmensurable".
Dr. EDUARDO HITSCHFELD L.
La locura de Chile
La locura que vive Chile, acaso, se lo merece. La peor clase política en la historia, redactan mal las leyes, en sus discusiones argumentan peor que analfabetos. Es la llamada clase política, parlamentarios y representantes del ejecutivo sin conocimientos técnicos, faltos de rigurosidad, inoperantes y peor aún sin experiencia de vida, para poder comprender las motivaciones y dolores de los seres humanos. Pruebas al canto, el proceso por el 27/F y el patético semblante de quienes ese día jugaron a ser autoridades.
Ahora se desea silenciar a la prensa, sin ella no habríamos conocido los robos al patrimonio nacional, los crímenes de Pinochet y su maquinaria infernal, que, de otra forma, muchos, no hubiésemos creído. Lo que requiere nuestro país es dar un estatuto de privilegios a la prensa para que investigue y difunda, sin ningún obstáculo, todas aquellas materias referidas al Estado.
Por otro lado, quieren castigar a los padres por desmanes de menores de edad, pero son las mismas autoridades que quitaron toda posibilidad de coerción y castigo para corregir las malas conductas de los hijos, más aún promueven la denuncia sobre los progenitores al más puro estilo estalinista. Bien se sabe que los padres están desamparados, ya que no pueden levantar ni la voz al niño, so pena que éste o un observador anónimo lo pueda denunciar, con detención inmediata. No estamos hablando aquí de golpes duros o brutales, y como lo expreso el Papa Francisco a veces hace bien un coscorrón.
Lamentablemente, estas normas van reforzando el ánimo, en la población, de rebelarse en cualquier momento, ya que la ecuación ética y moral de las autoridades no se condice con la draconiana medida de quienes somos sostenedores económicos del Estado, los trabajadores y empresarios comunes y corrientes.
JUAN FERNÁNDEZ L.
Valor de la vida humana
A los valores diarios tan requeridos como el precio de la UF, del dólar, UTM, IVP, bencina, etc., ahora se agregó uno nuevo: el valor de una vida humana, que al menos hace poco era de $ 2.250.615, el cual fue determinado en sesión del Caso Tsunami.
LUIS E. SOLER MILLA.