Maritza Vargas, peajista de Llanquihue: "A pesar de trabajar sola me siento acompañada"
CONCESIONARIA. Tras accidentes, como el de noviembre pasado protagonizado, por un camión; y el de hace algunos días donde fallecieron cuatro personas, peajista del sector afirma que los riesgos siempre están, pero hay que enfrentarlos.
Durante los días y las noches se puede ver a las peajistas trabajando en las rutas concesionarias, pero en pocas ocasiones se puede observar su actividad, la que a pesar de los riesgos, es liderada en su mayoría por mujeres.
"Trabajo hace más de cuatro años en los peajes y en realidad soy muy valiente; además siempre estoy con la esperanza de que todo saldrá bien", comenta Maritza Vargas, peajista de la Concesionaria Los Lagos.
Ella se desempeña en el mismo peaje de Llanquihue donde hace una semana se produjo un accidente que costó la vida a cuatro personas.
Riesgos
Comenta que a pesar de la posibilidad de accidentes y asaltos, asume y enfrenta los riesgos. "Verifico todos los dispositivos de seguridad y los teléfonos, especialmente durante la noche. También, veo quién está en el otro peaje y le digo a mi colega que ante cualquier cosa que pase, me avise inmediatamente", cuenta.
Relata que en una ocasión intentaron asaltarla en el peaje de Puerto Montt.
"Vi a una persona que insistía en mirar por las ventanillas y le dije a un usuario que espere un momento, porque debía hacer una llamada; luego, Carabineros llegó en dos minutos y se lo llevaron", relató Maritza, destacando que hizo lo que tenía que hacer y continuó trabajando.
También, recuerda que un policía de civil estuvo en moto esperando a un vehículo al lado del peaje.
"Cuando el auto llegó, lo detuvo con pistola en mano y lo trasladó a un costado de la vía para hacer el registro. Ahí me asusté, pero fue hace tiempo cuando recién empecé a trabajar", comentó.
Anécdotas
Entre las situaciones curiosas, describe que algunos dueños de camiones no quieren cancelar el valor por el número de ejes. "Cuando llegan cargados intentan subir un eje para cancelar sólo dos, pero eso se registra en el sistema y les digo que lo bajen y cancelen lo que corresponde", revela.
Afirma que suele ser un momento de roce cuando transitan los dueños de las máquinas, no así los choferes.
Con el tiempo, Maritza Vargas ya ubica a la mayoría de los usuarios. "También, reconocemos sus horarios, los que son gentiles y aquellos que no tanto, pero una se acostumbra al trato con las personas y a sus cambios de ánimo y normalmente la gente en el peaje es amable", considera.
Pero, también están quienes han intentado propasarse. "Es más, algunos han dejado regalos y otros nos han tomado las manos, e incluso preguntan si se enojará el pololo o el marido. Eso es para saber si una es casada o soltera. Y yo simplemente les digo: ¡No a lugar su pregunta, señor; limítese a cancelar, retírese!".