El sonido más bello de las Semanas Musicales de Frutillar, acaba de enmudecer; la luz más resplandeciente de ese faro cultural junto al lago, se ha apagado, con el fallecimiento de Flora Inostroza García, quien fuera el más potente símbolo del desarrollo de la cultura y la música clásica en Chile.
Dejó de existir, a poco de concluida la versión 48 de este gran festival, al que por su delicado estado de salud ella no pudo asistir, pero que siguió de cerca a través de sus familiares. Prueba de que sus sentimientos nunca se apartaron de este evento al que ayudó a nacer, crecer y desarrollarse.
La suya, una vida dedicada a tan noble causa -empapar el alma de la gente con la buena música de los grandes maestros y así contribuir a la armonía en la vida personal y de relación con los demás-, se había extinguido al pie de ese sueño hecho realidad: las Semanas Musicales de Frutillar en su mayoría de edad. Certamen que tuviera un impulso decisivo con la edificación del Teatro del Lago en 2010, para un despegue nacional y global, gracias a la mente visionaria y perseverante trabajo de Flora Inostroza, como así también de personajes relevantes y generosos colaboradores.
Fue una mujer que amaba la música entrañablemente. Sobre todo, el piano, que desde pequeña aprendió a tocar y querer, a instancias de sus padres, generadores de esa pasión por la música. Por lo que no extrañó que fuese matriculada en el Conservatorio de Música "Carolina Klagges" de Osorno, su ciudad natal. Y así su relación con el romántico teclado se prolongara por toda su existencia.
Formadora de equipos de trabajo de mucha mística, dedicación y constancia -que destacaban por la pasión con que se desempeñaban-, Flora Inostroza prefería alcanzar los objetivos, paso a paso, para que así los frutos logrados fuesen más perdurables.
Presintiendo su final, acosada por una enfermedad que se agravaba, en reciente entrevista con El Llanquihue, confesó que su mayor anhelo era que jamás se acabasen las Semanas Musicales de Frutillar, con el perseverante trabajo de su familia y colaboradores de relevo. Que así sea. Con la luz de su ejemplo, esa antorcha jamás se apagará, al amparo de un corazón sureño agradecido que nunca la olvidará.