Hay que hacer todos los esfuerzos para permitir la recalada en sitio, dice armador
A LA GIRA. Un buque en la bahía es un contratiempo, dice el empresario Jorge Pacheco, sobre el cambio que tuvo que hacer el Saga, que no pudo llegar a Empormontt por problema de marea.
El tercer crucero recibió en su corta existencia el Puerto Chincui, al no poder atracar en los sitios de Empormontt, constituyéndose en un real y efectiva alternativa para la industria de cruceros.
El Puerto de Chincui cuenta con las instalaciones adecuadas para el desembarco de pasajeros, con un máquina de rayos x operado por personal de la Armada, para la inspección de los pasajeros de regreso a la nave, como también instalaciones para los servicios pertinentes como Sag y Aduana.
Así demostró ser un muelle multipropósito, según lo explicó el subgerente de operaciones del puerto, Mario Santana, quien se refirió al embarque de contenedores, ganado, acero y granos.
Tiene una buena profundidad, ya que el dragado real es de 13,5 metros y el cálculo permitido es de 10,6 metros.
El muelle tiene 67 metros y un dolphin de 95 metros de frente para atraque de buque, por lo que el Saga Pearl II pudo desembarcar sin ningún problema.
Ante la situación suscitada el jueves con la retrasada llegada del Saga, que estuvo anunciado por Empormontt, pero cambió su destino por su zarpe que se producía a las 23 horas, lo que no permitía su atraque.
"Venía atrasado y con sus tenders demoraría mucho el desembarco, porque requería muelle, por cuanto tenía que irse rápido", sostuvo Marco Ortega, de Empormontt.
A la hora del zarpe, el Saga no tendría marea, porque la "resolución marítima exige el zarpe lo más cercano a la plea mar (as la marea alta)", contó.
La nave venía desde Valparaíso en dirección al sur y tal como han informado medios nacionales, los cruceros han venido con algunos retrasos desde Coquimbo.
Pero, para eso, "los operadores deben estar preparados", dice Jorge Pacheco, gerente general de Oxxean, propietaria del terminal multipropósito. Este cree que es de vital importancia otorgarle las condiciones para que atraquen a sitio y el pasajero embarque directamente del buque al bus, para evitar pérdida de tiempo que implica quedar en la bahía.
"Hay que poner los mejores esfuerzos para que los buques recalen a sitios sin contratiempos", reiteró.
De esta manera, se promueve mejor la industria de cruceros. "Por eso hay que invertir lo que haya que invertir en infraestructura, terminal, más muelle y en este trabajo tenemos que hacerlo todos en conjunto", enfatizó.
Recordó que cuando los buques quedan a la gira, son muchos los turistas que no bajan y eso se revierte cuando tienen sitio. Cuando más turistas bajen, más dinero dejan en sus comunidades, lo que se traducen en más trabajo, en incremento de las economías locales.
Chincui, aún cuando es un puerto industrial, dispone de lugares expeditos para los turistas y personas con condiciones especiales, baños adecuados para ellos, aseados y un buen equipo de servicio bilingüe, aseguró el armador.
El Saga, de -bandera maltés, trajo 348 pasajeros y 273 tripulantes, entre ellos 197 filipinos, 35 del Reino Unido y el resto de diferentes continentes.
Ayer, también, hubo movimiento con dos buques, el Crystal Symphony, que amaneció en Puerto Montt, y el Costa Luminosa, que llegó de amanecida con 1.935 pasajeros y 875 tripulantes; ambos zarparon en distintas direcciones.
4.174 pasajeros transportaron hasta Pto. Montt, dos cruceros que estuvieron a la gira, zarpando a las 18 horas después de sus city tours.
3.700 pasajeros arriban hoy en el Star Princess, que durante 9 horas, parte de sus pasajeros podrán realizar actividades por los atractivos de la zona.