Carlos Urbina Arancibia
El antiguo adagio versa que la tercera es la vencida y la sentencia se cumplió la madrugada de ayer en el local signado con el número 1856 de la Avenida Angelmó, en Puerto Montt. Exactamente a las 00.21 la alarma de Bomberos avisaba de un incendio declarado frente a las instalaciones del puerto. 10 minutos después se lanzaba la segunda alerta oficial y a la emergencia concurrían seis compañías de la ciudad y contingente policial.
Al final, fueron dos locales los afectados, los que resultaron con pérdidas totales. Uno, el ex night club "Sex un the City"; el otro, la discoteque "Storm", que albergaba fiestas para menores de edad. El antecedente bomberil indica que solo hace un par de semanas ya se había registrado en el lugar un principio de incendio; el dictamen de los vecinos es aún más tajante y dice que "esto se veía venir", puesto que ambos espacios quemados estaban desocupados, pero eran utilizados por indigentes que buscaban un lugar donde dormir, por alcohólicos que llegaban a beber y por delincuentes para esconderse.
El siniestro obligó a cortar el tránsito por las calles aledañas y sólo después de dos horas el combate contra las llamas -que incluyó máquina telescópica y motosierras para abrirse paso por la estructura-rindió frutos definitivos, dejando al descubierto los daños irreparables que causó la emergencia. Llamaradas que cautivaron la atención de decenas de curiosos, incluso de quienes estaban en otros locales nocturnos de un sector con bastante movimiento un sábado en la noche.
"Se los dije"
Aún con el fuego frente a los ojos de los presentes, en tanto los "caballeros del fuego" corrían de un lado para otro en sus labores, Andrés Monje se paró frente a funcionarios de Carabineros y descargó toda su molestia. "Yo se los dije, fui, les dije que estaban colgados (a la electricidad), que esto iba a pasar, ustedes son los responsables, porque no hicieron nada".
Minutos después, ya más calmado y mientras los carabineros lo miraban de reojo, Monje explicó a El Llanquihue que trabaja en un local a metros del incendio y temía por la propagación del fuego. "Arriendo una frutería y tengo otra bodega allá. Reclamé muchas veces junto a otros vecinos. Carabineros nunca vino. Aquí había vandalismo, alcoholismo (…) Con mis propios recursos traje un maestro para cerrar el lugar, llamé a la corredora que arrendaba el lugar y nada.
¿Su molestia? Sentir que era algo evitable. "Avisé muchas veces, yo respeto el trabajo de Carabineros, pero aquí fueron incompetentes, esto no era necesario. Me dijeron que ellos no podían hacer nada".
Tras él, y con el fuego controlado aunque no extinto, el comandante de Bomberos Martín Ercoreca Negrón, explicaba que "es un terreno bastante largo, desde la calle hasta el cerro. Con una estructura de concreto, pero todo lo demás de manera, por eso fue tan difícil entrar".
Aunque en un principio se temió que la emergencia consumiera también los recintos colindantes, el cortafuegos -destacó Ercoreca- era de buena calidad e impidió que las llamas se trasladaran al Hostal Aysén, el cual no se encontraba con visitantes alojando, pero que obligó a sus dueñas -que estaban fuera de la ciudad- a viajar de emergencia a la zona.
Quien sí pasó susto fue la señora Ema Santibáñez, dueña de "Ema Expediciones" quien aseguró que se quedó esperando una respuesta municipal para la problemática de los vagabundos y delincuentes que utilizaban el lugar. Detalla que hace menos de un mes, estuvo con personal municipal y le comprometieron fiscalizaciones que evitaran una tragedia. "Y aquí usted ve lo que pasó", lamentaba.
Un problema del sector
"No sabemos si al interior había o no personas al momento de iniciarse el fuego", señalaba de madrugada el comandante de bomberos, descartando eso sí, lesionados. Pero el problema en el sector traspasa lo ocurrido en los espacios incendiados- A amparo de la oscuridad de la noche son varios los sectores donde indigentes aprovechan los descuidos para tomarse espacios e incluso pernoctar ahí.
LuIs, otro de los vecinos del lugar del siniestro señala que incluso veían hacer fogatas al interior de los locales y que son espacios problemáticos que por largo tiempo no han tenido solución por parte de las autoridades y el incendio -pese a la angustia- no los perjudica, sino al contrario.