Entre todos -como reza el lema- comenzó ayer a palpitar el gigantesco corazón del amor solidario nacional, que es la vigésimo séptima versión de la Teletón Chile 2015, programada para el 27 y 28 de noviembre de este año, ahora, y cuyo objetivo es recaudar sobre 28 mil millones de pesos. Recursos indispensables para mantener funcionando los 13 establecimientos en todo el territorio, que acogen cada año a más de 26 mil personas, especialmente niños y jóvenes, en condiciones de discapacidad, a quienes se les aporta una rehabilitación integral.
¿Quién no desearía ayudar a recuperarse a un niño discapacitado para caminar o moverse? A menores que padecen de limitaciones en sus extremidades. O que por falta de algunos de sus miembros tiene que aprender a utilizar prótesis. Nadie, desde luego, se negaría a hacer algo por ellos y sus posibilidades de recuperación hacia la vida normal que merecen. Menos, todavía, si se tratase de un hijo propio o familiar.
Esa feliz oportunidad de practicar la solidaridad humanitaria, se ha presentado ayer y hoy para todos en Puerto Montt y todo el país, aportando el dinero que se pueda en el Banco de Chile, destinado a contribuir a la conservación de esta gran obra y su accionar restaurador de la niñez y juventud que sueña con integrarse a una existencia en normalidad.
Sólo en las regiones de Los Lagos y de Los Ríos, el Instituto Teletón de Puerto Montt atiende a más de 2.000 pacientes, junto con realizar postas rurales para llegar a lugares más apartados como Chiloé.
Por eso es que los medios económicos son fundamentales para financiar la permanencia en actividad de esta gigantesca misión de bien a lo largo y ancho de todo Chile. Modernización de quipos de rehabilitación, reconstrucción de los centros dañados por tragedias, ampliación y equipamiento de otros, personal y movilización, etcétera, requieren del capital necesario. Y el que sólo se puede fortalecer gracias a las teletones, que entre todos los chilenos hacemos revivir cada año, pensando en esos niños que,- ilusionados y con inmensa fe-, no dejan de soñar corriendo tras una pelota o divirtiéndose alegremente, sin los escollos que hoy precisamente busca eliminar la generosa y abnegada Teletón.