Correo
Accidente en Lagunitas
Me dirijo a Ud., para que, a través de su prestigioso Diario, hagamos saber y preguntar a los señores caballeros, señoras damas y todo el mundo que está frente a un volante, si... ¿saben lo que hacen? Hasta cuándo vamos a "soportar" que un asesino de marca mayor dirija su auto en un lugar debidamente señalizado: con color amarillo fuerte, letreros que dicen: "zona de escuela", velocidad a 60 kms., y unos metros más adelante velocidad a 30. Más encima, existen dos paraderos de color amarillo, conos fluorescentes y dos semáforos intermitentes que avisan que los "niños" de la Escuela "Lagunitas", situada en camino al aeropuerto El Tepual, van saliendo de ella. Pero, qué mente, frente a un volante, no ve por dónde va pasando. Por favor, ¿hasta cuándo? Este asesino mató a Rodriguito Muñoz Jara (Q.E.P.D.). Qué otra cosa u otro calificativo se le puede dar a un ser humano que llega a los extremos de quitarle la vida a otro ser humano y más encima un niño. ¿La justicia qué hará? Y los derechos de los niños, ¿ahora qué?
Nadie de los que transitan por la carretera camino a El Tepual respeta la señalización del tránsito. Nos ha tocado a nosotros los adultos y profesores de la Escuela, tener que ponernos en plena carretera para que nuestros alumnos puedan pasar, ya que a ellos como niños no los respetan. Aquí incluyo a todo aquel que pasa por nuestra escuela "Lagunitas".
Hemos tenido graves accidentes anteriores: un taxi del aeropuerto chocó a 120 kms. por hora a un vehículo con dos profesores que salían de nuestra escuela y eso que la señalética dice velocidad mínima 60 kms y 30 kms. El otro accidente le pasó a la hija de nuestra paradocente, también en el paso de cebra. Ella no falleció, a Dios gracias, pero ¿el respeto por la escuela, qué?
Ahora, a las autoridades les toca defender a los alumnos y niños de nuestra sociedad, aplicando lo máximo de la justicia a quién mató a nuestro "Rodrigo", y solucionar nuestro sector para que no continúen estas tristes y desgarradoras escenas.
Ahora, ¿cómo quedamos todos nosotros, profesores, alumnos, apoderados y comunidad, ante espantosa tragedia en la Escuela Rural "Lagunitas".
Agradecida quedaré, sabiendo que ojalá todo el mundo lea mi carta.
CECILIA ÁGUILA SUBIABRE.
¿Tsunami en Puerto Montt?
Junto con felicitarlo por dirigir tan prestigioso y ameno medio de comunicación orgullo de nuestra ciudad. En su edición del 20 de noviembre, en la sección de opinión, bajo el título de "Inverosímil", estoy completamente de acuerdo con el lector que publicó dicho artículo.
Soy puertomontino, orgulloso, nacido y criado en esta ciudad, y me molestó de sobremanera cuando se gastan nuestros dineros en asuntos tal como un simulacro de tsunami. Qué barbaridad, "tsunami en Puerto Montt". En aquel entonces, el 22 de mayo de 1960, teniendo sólo 13 años de edad, cuando fuimos azotados por un terremoto grado 11 escala de Richter, uno de los mas grandes sismos que la humanidad haya registrado, huí despavorido hacia la costanera, detrás del otrora Banco Osorno. No podía permanecer parado, hincándome, aferrado a la línea del tren que solía pasar por la costanera.
El mar, si mal no recuerdo, permaneció en su lecho. De otra manera no habría estado aquí contando esta historia. Por lo tanto, gastemos nuestras platas en dar techo a los pobres y comida al necesitado, que el tsunami nunca va a llegar. Gracias a Dios.
JAIME MANRÍQUEZ JULIO.
Teski Club Puerto Varas
75 años han pasado desde que un grupo de personas en Puerto Varas decidiera formar un club de tenis y ski en el volcán Osorno, en los tiempos en que no había caminos, no había refugio, solo existían las ganas de hacer algo, las energías de jóvenes que andaban en camiones y caminaban kilómetros para ir al sitio donde hoy está su refugio. Lugar al que hoy llegamos en vehículo; que a puro "ñeque" acarrearon materiales para construir lo que hoy podemos disfrutar todos.
Jóvenes soñadores, visionarios, que hoy ya no están o que tienen avanzada edad, pero que siguen en el recuerdo de los que hoy conforman Teski Club.
Celebran pronto sus setenta y cinco años guiados por el gran líder, el abogado Fernando Yermany Lückeheide, quien con bríos renovados junto a su joven directiva sigue encabezando el trabajo del refugio, de mantención de caminos y de cuanto se relacione con la pasión del deporte que los une.
He sido testigo de primera fila de sus esfuerzos, sueños, fracasos, luchas y alegrías. Hoy sólo quiero manifestar mi respeto y la gratitud de una ciudadana común que reconoce, como muchos, el esfuerzo realizado por todos ustedes.
Muchas felicidades a la institución del deporte blanco por su larga trayectoria. Un abrazo a todos.
MARTA VIDAL MUÑOZ.