La avasalladora intención y energía de progreso que bulle en Puerto Montt en todos sus niveles, desde hace varias décadas, ha llevado a la capital regional a un desordenado crecimiento y desarrollo, que se ha intentado revertir en los últimos lustros, aunque sin resultados del todo concluyentes.
Tal ha sido el furor en determinadas etapas, que los planes, propuestas y proyectos han brotado aquí y allá, quedando en el camino los más importantes y necesarios de materializar en el marco de los afanes modernizadores locales. Lo que podríamos llamar una suerte de cementerio de ilusiones sepultadas bajo capas de inercia, burocracias y vacilaciones. Frente a lo cual, la falta de voluntad realizadora ha sido cómplice de que las obras nunca lleguen a concretarse, no obstante las consabidas promesas y efervescentes entusiasmos pasajeros.
Algunas pruebas emblemáticas al canto:
Por años, se viene hablando del proyecto de puesta en valor y dignidad del afamado tesoro arqueológico de jerarquía mundial que yace en Monte Verde. Y nada o casi nada.
Por años, se agita la intención de formar un gran bloque interregional, que haga efectiva la campaña por la definitiva recuperación del servicio ferroviario Santiago-Puerto Montt y estaciones intermedias. Cero resultados.
Por años, se enarbola el propósito de habilitar un gran Parque Natural y de las Artes en el predio desocupado por el complejo petrolero que funcionó en los altos de Egaña con Vista Hermosa. Y la espera continúa.
Por años, sigue rondando la intención de construir un gran bulevar, con áreas techadas y sin marañas de cableado aéreo, a lo largo de la céntrica calle Antonio Varas. Hasta ahora, sólo una buena idea.
Por años, permanecen en bodega murales artísticos patrimoniales, que adornaron la antigua estación ferroviaria, no obstante el compromiso de rescatarlos. Nada ha cambiado.
Es de esperar que no ocurra lo mismo -el paso de años- con el espacio que quedó sin pintar en el mural creado en la avenida Salvador Allende. O con el Himno de Puerto Montt, que nunca se tomó en cuenta.
En todo caso, el futuro es amplio... para ¡cumplir!