El esfuerzo pese a la mala paga de una vida entera en el trabajo como ambulante
Berta Vargas Vargas no sólo es un "personaje de tomo y lomo", sino que además es una mujer que merece todos los títulos habidos y por haber. Nació en Loncotoro el 1 de noviembre de 1932. Se crió con sus abuelitos con los que vivió en Llanquihue y Puerto Varas, hasta que llegaron a Puerto Montt buscando mejores perspectivas económicas. Luego se unió en pareja y tuvo 10 hijos. No le fue bien en la convivencia y se separó. Al quedarse sola y sin apoyo para educar a sus hijos, salió a buscar la manera de alimentarlos sin molestar a nadie. Se fue al matadero y compraba cabezas de cordero, y de paso iba a la feria para buscar verduras, harina tostada y salía a vender de puerta a puerta por todas las poblaciones de la Avenida Presidente Ibáñez, las poblaciones Manuel Montt y Chiloé, en donde estaban sus "caseritas regalonas". También estuvo un tiempo en el sector Estación (cuando llegaba el tren).
Cuando sus hijos fueron terminando de estudiar, se iban casando y se fue quedando sola. Los gastos no fueron tan grandes, por lo que se limitó a vender en Angelmó, sector Los Paraguas. Cambio de rubro y ya no fue necesario hacer el pan que ofrecer de puerta a puerta. "Fue muy difícil y triste mi vida. Salía a vender con zapatos plásticos amarrados, porque estaban rotos, pero los pesos se juntaban para mis hijos. Están todos casados, pero nadie me visita".
La comerciante hoy vende artesanía en lana y madera. Teje medias de lanas y gorros chilotes. Después de muchos años de residencia en la población Antonio Varas, se trasladó a la población Bernardo O'Higgins, donde vive con un nieto de 11 años, su única ayuda, ya que sus hijos "le hacen la vida imposible a mi abuelita", cuenta el niño.
Nombre: Berta Vargas Vargas.
Apodo: La Hormiguita.
Edad: 82
Actividad: Comerciante ambulante.