Hoy se invoca mucho la tolerancia pero, al mismo tiempo, se da mucha intolerancia hacia quienes - legítimamente- piensan o actúan distinto a nosotros, llegando a la agresividad o la violencia. Esto se da en el ámbito político, religioso y en la vida diaria, en Chile. En el mundo, ejemplos dramáticos son la ola destructora del denominado Estado islámico en Siria, Irak y la persecución contra los cristianos en esos países. En el evangelio de este domingo (Mc 9,38-47) se presenta el caso de Juan, apóstol de Jesús que muestra una actitud sectaria y pretende monopolizar para el grupo de los Doce el empleo del Nombre de Jesús. "Maestro-le dice- hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Expulsar demonios es propio del poder de Cristo quien lo comunicó también a sus discípulos cuando los envió "a predicar con poder de expulsar demonios" (Mc 3, 14-15). Pero, Jesús no felicita ese exceso de celo de los apóstoles sino que los corrige: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí". Y el Señor saca una conclusión: "El que no está contra nosotros está con nosotros". Al hablar en plural Jesús se identifica con los discípulos. Por eso, un vaso de agua dado a "los que son de El" no quedará sin recompensa. En cambio, considera gravísimo el escándalo contra los "pequeños que creen", como sería hablar mal de Cristo, de su doctrina, de su Iglesia, de sus ministros, haciendo tropezar a los débiles en la fe y apartándolos del seguimiento de Cristo. De allí el deber imperioso de los cristianos de vigilancia para evitar ("cortar" dice Jesús) las ocasiones de pecado y el pecado mismo, y hacerse más semejantes al Señor, ayudados por la gracia de Dios. El segundo aspecto que Cristo enseña es que la gracia del Espíritu Santo es absolutamente libre; también puede actuar fuera de los márgenes visibles de la Iglesia y donde menos se piensa. Así, el hombre que expulsaba demonios poseía el poder de Cristo -por don de El- pero no era del grupo de los doce. También en el presente hay gente que trabaja por la verdad y la justicia, que lleva una vida recta y que busca sinceramente a Dios aunque dice no creer ni participar en la Iglesia. La primera lectura presentaba un caso semejante al episodio del evangelio, a lo cual Moisés responde: "Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque El les infunde su espíritu" (Nm 11,29). Guardémonos, pues, de monopolizar a Cristo o su Espíritu para nosotros o de apagarlo y no actuar en docilidad a El. Se lo pedimos a la Virgen del Carmen en este Día de oración por Chile.

+Cristián Caro Cordero. Arzobispo de Puerto Montt

- ¿De dónde sacaste los personajes trizados de tus cuentos?

- De la vida cotidiana. No creo que exista una persona que pasada cierta edad se considere entera, sin trizadura. Pero eso no significa que sean personajes tristes, no únicamente al menos. Estar quebrado implica también haber tenido experiencias: vivir, equivocarse, sufrir, y luego, entender que la vida sigue. Los personajes del libro vienen de familias de clase media, que es la que me tocó conocer de cerca. Intenté mostrar sus aspiraciones y dificultades materiales, su apocamiento, su falta de empatía, su fuerza, lo trabajadores que son y los créditos con los que se endeudan. Cómo se enfrentan constantemente a su origen, ya sea para dejarlo atrás o para afirmarse en él.

- ¿Por qué te hiciste escritora?

- Siempre escribí diarios de vida y cosas así, pero a los 21 me lo tomé más en serio. En esa época estudiaba Literatura y mis mejores amigos comenzaron a escribir ficción: faltaban a la universidad y se encerraban a escribir todo el día. Me alucinó el romanticismo y la disciplina con que lo hacían, y me les uní. Supongo que es importante mantener un equilibrio entre esas dos cosas: romanticismo y disciplina. Al escribir hago lo que más me gusta, pero es un oficio muy difícil, por lo menos para mí, que no poseía talento especial y partí de cero. Fue y será mucho trabajo, un enfrentarse al fracaso constante, porque nunca puedes plasmar en palabras lo que tienes en la mente.

- ¿Con qué asunto de Chile harías una historia?

- Las olas que unieron las playas de Tongoy tras el terremoto, me hicieron recordar la ola de suicidios del 2008 en el balneario. En el verano se llena de turistas; para las tragedias, de periodistas, pero entre medio los pueblos están solos. Creo que en la muerte de esos 8 jóvenes se pudo ver algo de la desprotección reflejada en el terremoto. Los suicidios son una llamada de auxilio, pero también los veo como un silencio rebelde. Se supone que la falta de oportunidad y el alcoholismo fue la causa, pero lo cierto es que al final esos jóvenes tomaron una decisión. Imagino la historia de dos amigos, uno que decide poner fin y otro que se queda, en esa playa sin veraneantes y más gris.

En varios de los relatos de paulina flores los protagonistas son niños que viven relaciones conflictivas con sus padres.

Tras las celebraciones de Fiestas Patrias, los efectos del terremoto y el fallo de La Haya, lo que asoma en el horizonte del ámbito local, es la próxima gran fiesta que tendrá Puerto Montt; como es la realización del Mundial Sub 17 de fútbol, evento en el cual esta capital regional será sede. Para ello, el municipio puertomontino ha ido "calentando el ambiente" con diversas actividades. Durante la semana que termina, por ejemplo, llegó hasta nuestra ciudad la Copa del Mundo, trofeo que pudo ser observado por los hinchas en diversos paseos. Ayer, en la Costanera, se concretó un show de lanzamiento del Mundial, con una fiesta familiar, que reunió a los niños en torno al deporte y la recreación, y que concluyó con una presentación del cantante Joe Vasconcellos. Y además, desde hace algunos días, la bahía de Puerto Montt luce completamente futbolizada, con pelotas depositadas sobre el mar, que adornan la Costanera. En consecuencia, el municipio ha ido contagiando a la población con este espectáculo del deporte. Lo que resta ahora por ver, es cómo el comercio y los servicios se están preparando para este gran evento. Ya se sabe que la Cámara de Comercio lanzará una campaña para erradicar las bolsas plásticas de la ciudad, regalando bolsas ecológicas a los periodistas que nos visitarán, entre otras acciones que de seguro vendrán a sumar al espíritu no sólo sustentable, sino que de buena imagen que nuestra ciudad debe proyectar. Pero junto con eso, también es necesario saber cómo se están preparando los comerciantes, los hoteles, los restaurantes, las agencias de viajes, para recibir a los visitantes, que si bien es cierto no debieran llegar en gran cantidad -por la distancia con los países que ocuparán este sede-, sí será en un número suficiente para proyectar lo mejor de lo nuestro. Y aquello no sólo depende de los privados o las autoridades, sino que principalmente de los ciudadanos; quienes deben acoger -tal cual lo está impulsando Puerto Varas-, con amabilidad, cordialidad y un trato justo a las "visitas". Porque la imagen de las ciudades la construimos entre todos, y por lo mismo no hay que minimizar ninguna acción ni descuidar ningún aspecto. Puerto Montt y su gente tendrán la oportunidad de salir al mundo. Y si bien hay que guardar las proporciones y no imaginar que esto tendrá el mismo impacto que un Mundial adulto u algo así; no es menos cierto que la vitrina está y hay que capitalizarla.