Rousseff descartó echar mano a impuesto a las transacciones para levantar la economía
crisis. El Gobierno habría decidido dejar la propuesta por falta de tiempo.
La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, no seguirá adelante en el proyecto que restablece un impuesto a las transacciones financieras para detener el creciente déficit fiscal del país. La idea, que enfrentó críticas incluso desde su coalición, habría sido desechada por el poco tiempo para preparar la normativa, según consignaron ayer los periódicos Folha de Sao Paulo y Estado de Sao Paulo, citando asesores presidenciales.
Esos medios detallaron que Rousseff abandonó la idea pues se dio cuenta de que no había tiempo para su aprobación en el Congreso, donde hoy se debe presentar el presupuesto del 2016.
Rousseff estuvo ayer discutiendo sobre el presupuesto con varios de sus ministros.
El Gobierno planeaba un proyecto de ley que reinstaure un tributo de 0,38% sobre las transacciones financieras, conocido como CPMF, para recaudar más recursos.
El propio ministro de Hacienda, Joaquim Levy, dijo el sábado que el impuesto "era necesario" para lidiar con los problemas fiscales de Brasil en medio de una economía en contracción.
En un nuevo episodio que enfrenta a opositores con miembros del Gobierno de Dilma Rousseff, ayer un grupo de manifestantes opositores insultó al ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, cuando paseaba por la Avenida Paulista, la principal de Sao Paulo.