Siendo junio, que ya comenzamos, el mes (día 19) en que se conmemoran los 150 años de humanitaria y protectora existencia del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, es oportuno considerar -para cuando sea posible- la creación de un gran Monumento al Bombero, que interprete la enorme importancia que para nuestra sociedad tienen estos nobles y generosos voluntarios, damas y varones, que cuidan nuestras vidas, bienes y pertenencias, con tanta abnegación y siempre dispuestos a todo y aún al riesgo de sus propias vidas, en el cumplimiento de ese deber que voluntariamente se han trazado en bien de sus semejantes. Tal como demostrasen los bomberos Carlos A. Wolcke, Luis Mansilla Oyarzún, José Barrientos Raicahuín y Richard Bustamante Gallardo, heroicos mártires locales, que entregaron sus vidas en su valiente batalla por evitar que la tragedia del fuego causara más daños a la comunidad.
No hay incendio, -por voraz y destructivo que sea; tragedia, por grave y devastadora que se presente-, que nuestros apreciados caballeros del fuego no estén dispuestos a combatir con la mayor determinación, valor y eficiencia. Y para lo cual se preparan cotidianamente e incluso mediante capacitaciones en el extranjero, junto con estar siempre pendientes de la renovación y modernización de su implementación en maquinarias y de equipos de protección individual. Todo lo cual se va logrando gracias a los solidarios aportes públicos y privados, entre otras iniciativas como las campañas del sobre y el sorteo de finales de año.
Y como si eso fuera poco, la institución bomberil porteña continúa preocupada de ir avanzando en su proyecto de habilitación de un complejo de capacitación de nuevos bomberos en La Vara, debidamente dotado para atender los requerimientos formativos de las generaciones voluntarias provenientes de la zona sur austral. Tal es, así, la grandeza de espíritu del servicio bomberil puertomontino.
Hace falta, sin duda, -y así lo han reconocido los lectores que han enviado cartas a nuestro Diario sugiriendo el homenaje tangible de una estatua a Bomberos-, ese testimonio de gratitud y admiración de Puerto Montt a tan benemérita institución, cuyo único premio y objetivo es el socorro oportuno.